La COP16 demostró el importante rol que juega Chile en la conservación de la biodiversidad marina para la región. Además de convertirnos en el primer país en ratificar el Tratado Global de los Océanos en enero de 2024, nuestro país destaca por su compromiso en acciones concretas que integren la conservación marina con estrategias integrales de mitigación y adaptación al cambio climático. Así lo demuestran los hechos, con la creación de áreas marinas protegidas y la implementación de políticas ambientales avanzadas, lo que no hace más que reafirmar el posicionamiento del país como un líder regional con la capacidad de influir en las negociaciones y que promueve una mayor ambición climática aplicando medidas efectivas para la protección de los ecosistemas marinos.

A pesar de que la COP 16 celebrada en Colombia concluyó sin acuerdos financieros, Chile aboga firmemente por un financiamiento climático que reconozca las necesidades específicas de los países en desarrollo y promueva la equidad en la distribución de recursos. Ese es el paso que se espera dar en la COP 29, realizada por estos días en Azerbaijan, donde Chile impulse la adopción de un nuevo objetivo colectivo cuantificado de financiamiento climático que supere los compromisos anteriores y refleje las inversiones necesarias para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

Algunas de las opciones son bonos verdes, fondos de adaptación y esquemas de intercambio de deuda por acción climática que faciliten el acceso a recursos para proyectos sostenibles en países en vías de desarrollo. Lo clave es que estas iniciativas podrían ayudar a superar algunas de las principales barreras que enfrentan estos países, como la falta de capacidades técnicas y la movilización de recursos privados.

Otra gran temática puesta en tabla en la COP29 tiene que ver con la transición energética hacia fuentes renovables, la protección de la biodiversidad terrestre y marina, la adaptación a los impactos del cambio climático y la implementación de mecanismos de pérdidas y daños para apoyar a las comunidades más afectadas por eventos climáticos extremos. La inclusión de actores no estatales, como el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades locales también serán un punto clave para garantizar una acción climática integral y efectiva.

A nivel local, se posiciona como un caso de éxito el Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía en Chile, demostrando cómo la participación de estos actores puede acelerar el progreso en la implementación de soluciones climáticas a nivel local y regional.