En noviembre se conmemora el día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, por lo que se vuelve aún más relevante insistir para trabajar en temas de convivencia escolar, entendiendo que esta es responsabilidad de todos, de los estudiantes, de los profesores, de los directivos y de las familias, tanto dentro como fuera de las salas de clases.
Es primordial concentrarnos en trabajar las habilidades socioemocionales de los niños que están en formación porque eso es lo que les permite comprender y aprender a vivir en un mundo solidario, empático, honesto y con las virtudes que requiere una sociedad democrática. Es clave entender también la importancia de la diversidad, ya que ésta enriquece la educación en el aula y potencia el aprendizaje entre los menores.
Hay que seguir trabajando sobre aulas enriquecidas, y eso significa entender que los vínculos son tan importantes como el contenido que se entrega en cada clase. El trabajo vincular entre estudiantes y entre estudiantes y profesores, permite generar un ambiente sano, donde prime el diálogo y el buen trato, donde no exista segregación o violencia.
Poner atención a cómo se está desarrollando la convivencia en el aula, qué aspectos de la rutina están fallando y entregar herramientas a todo el sistema educativo que pongan en el foco la escucha, comprensión y manejo de las emociones permitirá generar mejores espacios de aprendizaje y que los estudiantes se sientan en un espacio seguro.