Considerando la alta circulación viral registrada el invierno pasado, ¿se espera un escenario similar para este 2024, especialmente tras el aumento de casos de Covid-19 durante el verano?
Lo primero que debemos entender es el motivo del aumento en la circulación viral que experimentamos el año pasado. Durante la pandemia, implementamos medidas restrictivas que redujeron significativamente la circulación de virus, especialmente el virus respiratorio sincicial y otros, debido a que predominaba el Covid-19. Esto provocó un aumento de casos en septiembre de 2022 y, sobre todo, un peak importante en 2023, tras el levantamiento de la cuarentena y el fin del uso obligatorio de mascarillas. Este incremento fue resultado de la mayor sensibilización de la población, que no había estado expuesta a estos virus en años anteriores. Para este año la prioridad debe ser la vigilancia activa y el modelamiento matemático para anticipar la circulación viral del invierno y estar preparados. Esto evitará que se repita el escenario que vivimos en el 2023.
¿Qué medidas considera usted que deben tomarse este año para enfrentar el aumento de la circulación de virus respiratorios?
Es importante utilizar un modelamiento matemático para predecir cómo será la circulación viral de este invierno y así prepararnos de forma oportuna, es decir, para organizar la red asistencial y el personal de salud. En este contexto, la cooperación público-privada es esencial, ya que de esta manera podemos asegurar la disponibilidad de camas críticas y del personal de salud necesario para el sistema. Además, es fundamental realizar comunicación de riesgos, proporcionando información a la población a través de una campaña comunicacional antes de que comience el invierno. Otra medida necesaria es comenzar ahora una campaña de vacunación contra la influenza, y también es importante realizar una buena campaña comunicacional sobre la incorporación de la vacuna contra el virus respiratorio sincicial. Esta vacuna se administrará a los recién nacidos y a los lactantes menores de 6 años, por lo que será clave que las madres lleven a sus hijos a vacunarse contra este virus. Todas estas medidas son fundamentales para poder anticiparnos y estar preparados para el invierno.
Hasta el momento las autoridades han hecho llamado a la población de riesgo a inocularse con la nueva vacuna monovalente con la cepa XBB, ¿cree que para el invierno debiesen todas las personas inocularse con esta nueva vacuna? ¿Por qué?
Lo más importante es que al menos la población de riesgo, es decir, las personas mayores de 60 años, los enfermos crónicos, las personas inmunocomprometidas y el personal de salud, alcance la cobertura que debe alcanzar. Esto significa que esa población alcance al menos el 80%. Sin embargo, actualmente estamos lejos de alcanzar ese objetivo, ya que sólo el 25% de la población objetivo, que es toda la población, tiene la vacuna bivalente, la anterior a esta monovalente. Con respecto a esta última, sí deberíamos lograr que la población de riesgo esté vacunada con ella. Para lograrlo, es necesario contar con una buena campaña de vacunación.
La subsecretaría de Salud Pública desechó más de tres millones de vacunas contra el Covid-19. La razón es que las vacunas se vencieron. ¿Cómo lo analiza?
A mí me parece muy grave esta situación porque significa que se adquirieron vacunas para su uso, y desde el punto de vista sanitario, no logramos este objetivo que era vacunar a la población. Por otro lado, son recursos públicos, de todos los chilenos, que podrían haberse destinado a otras necesidades de la población, como cirugías, tratamientos y medicamentos. Por ende, me parece que la planificación de la compra de esas vacunas no fue realizada correctamente, y si lo fue, no se aplicaron las medidas necesarias para vacunar a la población como se requería.
¿Piensa usted que el Gobierno tomó una buena decisión al adelantar las vacaciones de invierno en los colegios el año pasado?
Creo que en la actualidad es una medida que debemos evaluar utilizando modelos matemáticos y predictivos. Adelantar las vacaciones de invierno siempre es una medida tardía, lo que sugiere una falta de planificación adecuada. Si planificamos correctamente utilizando estos modelos y aplicando vacunas con una comunicación efectiva de riesgos, podemos anticipar el mejor momento para determinar el período de vacaciones de invierno. Es importante realizar una vigilancia activa, por ejemplo, del virus respiratorio sincicial, y este modelo matemático nos permitirá identificar cuándo es el momento óptimo para tomar las vacaciones.
Algunas autoridades han acusado al Gobierno de tener una mala estrategia comunicacional y consideran sumamente importante mejorarla para enfrentar el próximo invierno. ¿Qué medidas considera usted que podrían implementarse para mejorarla?
No ha habido una estrategia comunicacional por parte del Gobierno. Es fundamental que informen a la población sobre cuál es la carga viral y cobertura de vacunación que tenemos actualmente. Además, es necesario incorporar a otras autoridades como los Seremis de Salud, gobernadores, alcaldes y la sociedad civil. En su momento, implementamos las cuadrillas sanitarias, que eran parte de la comunidad y se encargaban de comunicar y educar. Por lo tanto, es crucial desarrollar una estrategia comunicacional efectiva a nivel regional y local, considerando la diversidad y complejidad de Chile, ya que una estrategia en el norte del país debe ser distinta a una en la zona sur. Podríamos utilizar los buses del Minsal u otros medios para vacunar y educar a la población. Es fundamental educar a toda la población en materia de salud para que estén informados y sepan cómo actuar según sus necesidades.
¿Qué mensaje les daría a los jóvenes para que tomen medidas de prevención frente al aumento de contagios de distintos virus en invierno?
Es importante en el caso de los jóvenes mantener al día sus vacunas, tanto las de Covid-19 como las de Influenza, especialmente aquellos que tienen enfermedades crónicas y se encuentran en una situación de salud compleja. En segundo lugar, si conviven con una persona enferma o planean visitar a un adulto mayor, es importante que se pongan mascarilla en caso de presentar síntomas respiratorios. Si tengo síntomas respiratorios, como tos o dolor de cabeza, es fundamental testearse, ya que es la única forma de saber si estoy circulando con algún virus. A menudo se dice que son solo alergias, pero siempre es esencial hacerse la prueba para confirmarlo. Es recomendable evitar lugares cerrados y ventilar los espacios interiores. Por ejemplo, si voy a reunirme con amigos, es preferible hacerlo al aire libre.
A nivel universitario, ¿qué medidas se deberían implementar para prevenir contagios de virus respiratorios entre los estudiantes? ¿Deberíamos considerar volver a utilizar mascarillas en las salas de clases?
A mí me parece que no es necesario usar mascarillas en las salas de clases, pero si voy a ir a clases y tengo síntomas, me pongo la mascarilla. Debería ser una decisión personal; es decir, cada uno decide sobre su propia salud y para eso las universidades podemos proporcionar educación. Otro elemento importante es la ventilación. Ojalá tener las salas bien ventiladas. Sé que en invierno hace frío, pero nos podemos abrigar. También en las universidades se podría colocar en los baños mensajes como “ojo, si estás con síntomas, testéate y ponte la mascarilla”.
¿Qué piensa de la “Ley Corta de Isapres”? ¿Qué debería incorporarse?
La Ley Corta de Isapres ha ido avanzando, primero en la Comisión de Salud del Senado y luego con la incorporación de la mutualización. Es importante recordar que el objetivo de esta ley es dar sostenibilidad al sistema de salud de las Isapres, y en ese sentido es muy relevante implementar todos aquellos instrumentos propuestos por el comité de expertos. La mutualización implica compartir el riesgo entre todos para disminuir la deuda y así evitar un incremento significativo en los planes de salud de las personas. Sin embargo, ahora la ley pasará a la Cámara de Diputados, donde se evaluarán los factores que aún no se han incorporado. Por otro lado, es importante aprovechar esta ley corta para poder avanzar en una reforma de salud acotada, que incluya la eliminación de las preexistencias mediante un fondo de compensación de riesgo y un plan de salud universal dentro del sistema de salud privado, creo que es crucial incorporar estos elementos.
Tal como está el proyecto, ¿le da sostenibilidad al sistema?
Actualmente, cuenta con elementos que le permiten brindar sostenibilidad al sistema, sin embargo, creo que es importante ver qué decidirá la Cámara de Diputados. La mutualización permitirá que las Isapres se ajusten con un precio base que les otorgue estabilidad al sistema, pero si no incorporamos elementos para llevar a cabo las reformas que este necesita, es probable que el sistema de salud privado siga siendo frágil. Es esencial agregar nuevos elementos para garantizar una sostenibilidad a largo plazo.
¿Cuál sería el impacto de un posible quiebre de las Isapres?
El impacto de las Isapres es sistémico, lo que significa que no solo afecta a las personas que están en ellas, sino también a las que están en Fonasa. Hoy en día sabemos que el sector público, tanto Fonasa como los prestadores públicos como los consultorios y hospitales, no son capaces de recibir a los tres millones de personas que están en las Isapres. Según un estudio del economista de la salud Ricardo Bitrán, el cual muestra qué pasaría con las personas si quiebran las Isapres, considero que hay cuatro elementos que son graves. El primero es que tendríamos más fallecidos, porque esas personas que hoy se están tratando por un cáncer o una enfermedad grave caerían en lista de espera y si esperan más de tres meses aumenta la mortalidad de esas personas. En segundo lugar, aumentaría el gasto de bolsillo de las personas, es decir, tendrían que gastar más en salud, ya que las prestaciones que actualmente cubren las Isapres no están cubiertas por Fonasa. El tercer elemento es que aumentaría el gasto fiscal significativamente, ya que se tendrían que destinar recursos públicos para hacerse cargo de esta población, y por último, sabemos que también impactaría a los prestadores de salud del sector privado, es decir, a las clínicas y a los doctores que trabajan en ese sector. Por ende, el efecto de la caída de las Isapres sería sistémico en todo el sistema de salud.