Hoy el huracán Milton tocó tierra en el sur de la bahía de Tampa, Florida, con vientos de alrededor de 200 km/h. Afortunadamente, a medida que avanza, la intensidad de las ráfagas de aire descendieron hasta los 145 km/h, retrocediendo a categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, que mide la intensidad del viento. Aún así, el gobernador del estado, Ron DeSantis, informó que Milton provocó alrededor de 19 tornados que dejaron 9 víctimas fatales y cobró al menos 10 vidas por su cuenta.

Comúnmente, la temporada de huracanes en el país norteamericano comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre, con un promedio de 14 tornados en la cuenca del Atlántico. Sin embargo, para este año la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) prevé entre 17 y 24 tormentas que ya cuentan con nombre.

Pero, ¿por qué se nombran los huracanes?

Según National Geographic, la finalidad de ponerle nombre a los huracanes es agilizar la comunicación entre autoridades, meteorólogos y el público, para que los avisos se transmitan de manera más eficiente. También, permite llevar un registro organizado de los fenómenos naturales.

La tradición de nombrarlos viene de 1953, cuando la Oficina de Meteorología de Estados Unidos accedió a la práctica, que ya tenían las Fuerzas Armadas, de llamar a las tormentas bajo nombres de mujeres. Así fue hasta 1978, cuando el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos pidió que se hiciera una lista que alternara nombres femeninos y masculinos. De estos, el primero en usarse fue Bob en 1979.

Foto: REUTERS.

Hoy la institución encargada de la denominación de los huracanes es la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que anualmente presenta una lista con 21 nombres para el Atlántico y otra con 24 para el Pacífico, dispuestos según el alfabeto. Cada seis años se completa un ciclo y se vuelven a repetir los listados.

Con esto, cada vez que se produce un evento meteorológico de este tipo, los especialistas solo deben seguir el orden de nombres establecido. Así, una vez que pase Milton vendrá el turno de Nadine.

Un nombre se quita de la lista cuando se considera que el tornado que lo lleva es muy reconocible debido a los daños o muertes que causó. Esto con el fin de evitar confusiones históricas entre sucesos antiguos y actuales.

Las próximas tormentas de la temporada

De la lista de nombres para la temporada 2024 en el Atlántico aún quedan ocho por usar. De los hasta 17 ciclones previstos por la NOAA, se proyecta que entre 8 y 13 se convertirán en huracanes; y entre 4 y 7 en “huracanes importantes” con vientos de 178 km/h o más.

Eso sí, el pronóstico que hace la NOAA de la temporada de huracanes “se refiere a la actividad estacional general y no es un pronóstico de llegada a tierra”, pues estos fenómenos tocan el continente según patrones climáticos a corto plazo y solo se pueden predecir aproximadamente una semana después de que la tormenta se encuentre con la costa.

De hecho, en un principio Milton amenazaba con ser el ciclón “del siglo” según el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pues pasó de ser una tormenta tropical a un tornado de categoría 5 en tan solo 24 horas. Y nuevamente evolucionó al tocar suelo, cuando bajó a categoría 1, pudiendo perder la categoría de huracán cuando pase por el Atlántico occidental.