El pinochetismo es una vergüenza
SEÑOR DIRECTOR:
En su columna de opinión del domingo, Cristian Valenzuela nos acusa de usar a Pinochet como “candidato presidencial”, pero olvida que fue Evelyn Matthei quien lo revivió en plena campaña, no la izquierda. En Radio Agricultura, la candidata de Chile Vamos declaró que el golpe era necesario y las muertes, inevitables.
Con total normalidad justificó los crímenes de una dictadura que asesinó o desapareció a más de 3.200 personas, incluidos niños como Luis Alejandro Espinoza de 13 años o Luis Lizardi de 15 años, ejecutados por funcionarios del Estado.
El autor republicano dice que hay que dejar el pasado atrás. Pero eso es imposible si sus defensores lo celebran y persiste la impunidad de las FF.AA., Carabineros, PDI y civiles que secuestraron, torturaron y asesinaron a chilenos, incluso a mujeres embarazadas, obreros o adolescentes sacados a rastras de sus casas.
Y no olvidemos el saqueo: Pinochet no solo violó derechos humanos, también robó. Es el mayor delincuente de la historia de Chile, venerado hoy por quienes aseguran tener la receta para acabar con la delincuencia.
La derecha no quiere cerrar el pasado. Quiere reescribirlo. Matthei no cometió un error político, fue sincera. Valenzuela no defendió ideas, firmó una declaración de principios.
Y nosotros no lo permitiremos. Porque la memoria no es una trampa: es la base de la democracia, y con negacionistas como Matthei, vamos a seguir teniendo esta discusión.
Matías Ramírez Pascal
Diputado por Tarapacá
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