Cartas al Director

Infancias olvidadas, cuando solo crece el dolor

Infancias olvidadas, cuando solo crece el dolor

SEÑOR DIRECTOR:

Escribo desde la imposibilidad de dormir, desde la indignación de ver cómo en Chile se ignora sistemáticamente la infancia. Mientras se discute sobre cámaras de vigilancia, se permite, sin escándalo ni urgencia, que niños y niñas sean devueltos a sus agresores o a redes de explotación.

Vivimos en un país donde el 50% de quienes delinquen pasaron por instituciones de supuesto cuidado, donde la violencia diaria es ley. Hoy, en Mejor Niñez, el 89% de los niños y niñas ha sufrido vulneraciones graves de derechos. Más de 7.800 menores permanecen en residencias y más de 1.200 esperan por un cupo en programas de protección.

Menores son hospitalizados en psiquiatría —sin indicación médica— por falta de hogares. Pueden esperar más de 24 meses por una reparación a la que el tiempo le quita sentido. La carencia crónica de afectos y cuidados lleva al deterioro severo; la tortura diaria de nuestra infancia más vulnerable.

Que una niña de ocho años sea vendida para trabajar como esclava doméstica y el país no se detenga, nos recuerda que la indiferencia no es neutralidad: es complicidad. La dignidad de la infancia no puede seguir esperando.

Libertad Méndez Núñez

Médica ginecóloga

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