Cartas al Director

Salud sin barreras

Salud sin barreras

SEÑOR DIRECTOR:

Es un buen momento para recordar que el acceso a una atención médica oportuna, digna y sin discriminación es un derecho, no un privilegio. Por eso, desde la Articulación de Organizaciones por los Derechos Sexuales y Reproductivos, apoyamos el reglamento que regula la objeción de conciencia en el sistema de salud.

Algunas instituciones eclesiásticas se han manifestado en contra de esta normativa. Sin embargo, el reglamento no restringe libertades: quienes son objetores podrán seguir ejerciendo esta facultad; pero ahora, ello no constituirá un impedimento para que las niñas, mujeres y personas con capacidad de gestar, accedan a la atención que la ley les asegura.

Hoy existen varios hospitales donde todos los obstetras se declaran objetores en casos de violación. Esta realidad representa una grave barrera para acceder a una atención oportuna y digna, afectando particularmente a quienes viven en territorios aislados y deben viajar cientos de kilómetros encontrándose en una situación de extrema vulnerabilidad.

Regular la objeción de conciencia no es limitar libertades, sino ordenar su ejercicio para que no afecte derechos. Lo que está en juego no es una disputa ideológica, sino la posibilidad real de que mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar, accedan a una atención en salud que el Estado debe garantizar.

Luz Reidel Wagner

Corporación Miles

Articulación de Organizaciones por los Derechos Sexuales y Reproductivos

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