Sin asistencia escolar, el maltrato se esconde mejor

SEÑOR DIRECTOR:
A propósito de su reciente editorial sobre la caída crítica en la cobertura en Prekínder y Kínder informada por el Mineduc, vale la pena recordar que esta baja no solo afecta las trayectorias educativas y la participación laboral femenina. También debilita uno de los pocos espacios capaces de detectar a tiempo situaciones de maltrato o abuso infantil, como las que tristemente hemos visto por estos días.
Un estudio publicado en el Journal of Human Resources por Pilar Larroulet y coautores demuestra que, aunque la violencia infantil ocurre principalmente en contextos familiares, las escuelas son el principal canal para detectarla y denunciarla. Cuando los niños no asisten, ese canal se rompe. No se escucha lo que pasa en casa.
Por eso, hablar de matrícula y asistencia escolar es también hablar de protección. ¿No es ya hora de que esto baste como razón de peso para aprobar, de una vez por todas, el Kínder obligatorio?
Anne Traub
Directora de Familias Primero
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