Dejando atrás su alejamiento de la política, que había anunciado en 2013 tras abandonar la carrera presidencial, el exministro y extimonel UDI, Pablo Longueira, sorprendió a fines de agosto con una reaparición cargada de anuncios: votaría por el Apruebo en el Plebiscito, pretende ser candidato a la Convención Constituyente, refichó en la UDI y aspira a dirigir nuevamente su partido.
Generó, con esto, un remezón en la tienda liderada por la senadora Jacqueline van Rysselberghe, donde su llamado a cambiar la actual Carta Magna -pese al ascendiente que siempre se le reconoció en el gremialismo-, no tuvo cabida.
Concluido ya el plebiscito, que le otorgó al Apruebo una contundente victoria: 78,27% frente al 21,73% del Rechazo, el extimonel analizó el lunes en la noche, en el marco de un ciclo especial de Conversaciones LT, el escenario que se abrió para su sector y sus proyecciones. Realizó también un duro diagnóstico sobre la centroderecha y respaldó la lectura del escenario político que ha hecho Joaquín Lavín, potencial abanderado de la UDI para La Moneda.
En esa línea, fue especialmente crítico con sectores que enarbolaron las banderas del Rechazo.
"Hay que entender que la sociedad chilena ha cambiado mucho, y parte de ese cambio es que la gente hoy quiere argumentos, la gente tiene opinión, y no se deja arrastrar por campañas del miedo, del terror, la gente quiere participar”, dijo, agregando que “aquí se instaló en un segmento de nuestra sociedad, que se mira el ombligo todo el día, que se mandan chat y correos, se atemorizan entre ellos mismos y finalmente generaron un pánico inexistente y un Rechazo que desde mi punto de vista no tiene ningún relato, ¿Qué es Rechazar?”.
Por lo mismo, el excandidato a la presidencia aseguró que “hay que hacer una autocrítica" y que “impresiona ver hoy día a los mismos que la semana pasada escribían todo lo que iba a ocurrir, (y) ocurrió todo lo contrario y ahora están diciendo por qué ocurrió”.
“Lo que he alcanzo a ver en estas 24 horas es una falta de autocrítica brutal. No va a ser simple. Siempre me ha llamado la atención cómo el liderazgo de la derecha mira la división que hay en el otro, pero no mira la viga que hay en el sector nuestro. No va a ser fácil, creo yo (la convergencia de su sector entre quienes apoyaron Apruebo y Rechazo) porque se ha generado una mirada de un fanatismo de que yo defiendo principios: ‘¿Desde cuándo Longueira dejó de tener principios?’”, indicó, aludiendo a su opción de defender la redacción de una nueva Constitución.
“Yo no me dedicaría un día a decirle a la derecha dura lo que quiere escuchar. Pero ningún día. Mi vocación fue ir a expandir nuestro ideario político a sectores que nunca lo abrazaron. Y ese es el segmento que se puso en riesgo aquí. Afortunadamente Joaquín Lavín lo interpretó, los alcaldes de las zonas populares, y yo en parte por lo histórico. Porque obviamente los otros rostros de la derecha están más vinculados a compromisos electorales y yo no tengo ninguno”, agregó.
En ese sentido, el exministro señaló que aquí "lo más relevante para nosotros es la unidad, pero también la capacidad para acoger otro segmento. Yo no veo en algunos sectores de la derecha, que creen que tienen que inmolarse, defendiendo no sé qué cosa, si no se inmolan defendiendo eso están renegando de principios.
El exministro continuó con las críticas a su sector afirmando que “la centroderecha perdió la brújula".
“La centroderecha perdió la brújula, ¿cómo no es capaz de ofrecer un camino que no sea el Rechazo?, ¿Qué es lo que es el rechazo? El no estar dispuesto a conversar una Constitución, ¿A qué se le teme?”, cuestionó.
Consultado sobre por qué parte de la centroderecha asumió la postura del Rechazo, Longueira sostuvo que "siempre es más fácil no hacer nada, siempre es más fácil que no haya cambio. Entonces qué es lo que ha ocurrido, que en general tampoco veo liderazgo (...) Hay que tener ascendiente, hay que tener liderazgo, hay que conducir: la gente lo que quiere es que se conduzca, bueno, acá nadie conduce nada”, espetó.
Incluso dijo sentir “pena” porque algunos jóvenes gremialistas optaran por rechazar una nueva Carta Magna y no se abrieran a discutir una nueva.
Daño a la derecha y “gobierno que tomó palco”
Con ese diagnóstico sobre la mesa, el exministro abordó los costos para la centroderecha tras el plebiscito y el impacto que la derrota tendría en el sector.
Consultado sobre la asociación que se hace del Rechazo a la derecha más dura, y que se vio reflejada en la votación de las comunas del sector oriente de la Región Metropolitana: Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, donde se impuso la opción de mantener la Constitución, el exsenador afirmó que “no puedo cuantificar hoy el impacto de ese retroceso, pero sin lugar a dudas que la identificación de los partidos de Chile Vamos con el Rechazo y un gobierno que tomó palco, obviamente que puede tener un impacto”.
"Va a depender mucho si lo revertimos con qué rostros vamos a enfrentar la convención constitucional. Ese va a ser un desafío importante, porque no tenemos muchos rostros por el Apruebo”, aseguró, reconociendo que trabaja en reclutar nombres para que cumplan esa función en la Convención Constituyente.
“Mira, yo veo una dificultad y debo ser muy honesto. Entonces no es fácil. No hay una capacidad de amplitud de nuestro mundo”, agregó.
Lavín tiene que gobernar con gente de la Concertación
Continuando con su idea central, Longueira sostuvo que "a la centroderecha la coaptó de alguna forma el sector duro, entonces hay un síndrome José Antonio Kast, que al final toda la energía va para allá y lo mismo ocurre al otro lado, el Frente Amplio y el PC. Entonces el que mejor ha leído esto es Joaquín Lavín y se va a convertir en la alternativa presidencial, porque el que tiene esa capacidad de interpretar lo que quiere nuestra clase media, que el lo definió muy bien en esta integración social”.
“Lo que dijo Joaquín Lavín (sobre considerarse un socialdemócrata) es de fondo, él va a gobernar y tiene que gobernar con gente de la Concertación y el que no entiende eso en la derecha quiere decir que no sabe en qué país está parado”, destacó.
Al respecto agregó, aunque sin aludir a partidos en específico, que "lo importante es que aquí se va a formar una nueva coalición, una nueva estructura política que puede tener tanta energía como la tuvo la Concertación al comienzo de los años 90 (...) Viene un cambio muy profundo en la política chilena y hay que saberlo liderar, entender, porque no lo puedes liderar si no lo entiendes”.