¿Gobernar por twitter es la nueva forma de gobernar? Los casos de Trump, Bolsonaro o incluso actores nacionales que usan esta red activamente parecieran indicar que la política se ha movido a territorio digital. Y, sin embargo, no siempre hay una relación directa entre lo que pasa en la red y lo que pasa en la “vida real”.

Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en el plebiscito. Según el último Informe Interbarómetro de la Universidad Central, de octubre de este año, la opción “rechazo” tuvo mucha más visibilidad, con una campaña más activa en el territorio digital que la del “apruebo”, lo que no se tradujo en las urnas. “El tono que tenían las campañas de apruebo y rechazo en términos de volumen no es real, no hay un correlativo”, dice Pablo Matamoros, experto en Marketing Político Digital.

Esto, principalmente porque los likes o retweets no implican necesariamente votos y muchas veces caen en una cámara de eco, donde no hay discusión, sólo amplificación de las propias opiniones. “En un principio se trataba hacer ruido, pero a la larga lo importante es transmitir los valores e identificar a quienes les estas hablando. ¿Estás llegando realmente a tu grupo de interés, la gente se levanta a votar?”, afirma Matamoros.

¿Y cuán consistente e influyente es la conversación en redes sociales? Según Marco Moreno, Director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones UCEN, los informes mensuales Interbarómetro demuestran que los hashtags cambian de mes a mes, moviendo la discusión. Se trata de un espacio volátil, pero su fuerza radica en el empoderamiento que le ha dado a los ciudadanos. “Valoramos mucho la interpelación directa, donde cualquier persona puede etiquetar al Presidente y existe la posibilidad de que él responda. Se rompen los canales tradicionales”, afirma el académico.

En ese sentido, ambos expertos coinciden en que habrá que ver cómo la política representativa tradicional se adapta o da respuesta a esta aparente “eliminación” de intermediarios.

Pensando en las campañas electorales de los constituyentes y auspiciando que se desarrollará en su mayoría de manera digital debido a la pandemia, ¿qué consejos dan ambos expertos?

“Ser programáticos y ofrecer propuestas claras de temas y contenidos, más allá de nombres”, dice Moreno. Agrega también que la clave radica en ser capaz de construir un relato diferenciador: “No basta con decir que eres independiente o parte de un partido político”.

Por su parte, Matamoros recalca, primero, tener “paciencia y coraje”, porque el proceso va a ser “una locura”. Por eso, al igual que Moreno, aconseja crear una identidad, comunicando cuáles son las premisas y valores que sustentan la posición del candidato.

Ambos coinciden en que, hoy más que nunca, ser un personaje público implica someterse al escrutinio inmediato y constante, evaluación cada vez más exigente, una especie de “casa de cristal” donde hay presiones por distintos lados. Una especie de “democracia ocular”.

Por eso, Matamoros recomienda hacer un “auto estudio de inteligencia” y así poder prever los temas que serán objeto de polémica. Ser consciente de lo que se ha hecho o dicho en el pasado y tener respuestas ante eso cuando salten a la luz. “Hacerse cargo”, dice Matamoros. Y, sobre todo, tener claro cuál es el público al que se le habla y cuáles son los cimientos. “Hay muchos debates en redes sociales que son estériles, donde no se puede convencer al otro”.

Esta conversación LT es parte de un programa especial con diversas transmisiones, grabadas y en vivo, donde dialogaremos con interesantes invitados respecto a las temáticas que estamos desarrollando en nuestro especial aniversario, Verdades que ya no son.