Chris Cornell en Chile: del Espacio Riesco en 2007 al Teatro Municipal el 2016
A torso desnudo y guitarra de palo en mano. De chaqueta de cuero y melena grunge. En menos de una década Chris Cornell visitó cinco veces Santiago dejando momentos imborrables entre sus seguidores y el propio autor de Black hole sun. "En Chile tuve uno de mis mejores shows", confesó hace unos años.
Espacio Riesco, 10 de diciembre de 2007
Tenía todo en contra: la acústica del Espacio Riesco, un día lunes por la noche como hábitat y a Dandy Warhols y Phoenix como teloneros. Así y todo el debut de Chris Cornell en Chile comparte podio junto a Paul McCartney, The Cure y Guns N' Roses entre los conciertos más largos registrados en Chile: dos horas y 47 minutos de música. Lo de Cornell fue un repaso macizo por Soundgarden y Audioslave, con guiños a Led Zeppelin y hasta Michael Jackson, como en su disco Carry on. Uno de los puntos memorables fue el arranque con "Let me drown", "Outshined", "Spoonman", "Show me how to live" y "Hunger strike", en donde el respetable completó las voces de Eddie Vedder, además del cierre de noche —casi tres horas de show— con el clásico de 1969 "Whole lotta love".
Arena Santiago, 25 de marzo de 2009
Eran días dorados para el circuito musical chileno. En apenas una semana se presentaron en Santiago el californiano Mike Patton al frente de los italianos Zu, los neoyorkinos Sonic Youth, Blondie y KISS, la voz de Genesis, Peter Gabriel, y el debut de los ingleses Radiohead. A la altura del martes, Chris Cornell —uno de los cabeza de cartel del inédito Pepsi Fest— comenzó su concierto con temas de Scream, su trabajo más cuestionado por prescindir de guitarras y elementos rockeros en reemplazo de los sonidos electrónicos a cargo del productor Timbaland. Rápidamente el abanico se abrió para oír "Spoonman" en una versión mezclada con "Good times bad times" de Led Zeppelin y, más adelante, "Inmigrant song". Fue un show extenuante, directo a la memoria emotiva, en donde no faltó "Like a stone", "Fell on black days" ni "Black hole sun", ese single de videoclip surrealista y con aire lúgubre, con más de 50 versiones en Spotify, interpretadas por artistas como Paul Anka y Anastacia.
Club Hípico, 12 de noviembre de 2011
Para el festival Maquinaria, el de Seattle subió a Alain Johannes para hacer "Wooden Jesus" y "Hunger strike", en una presentación acotada y más bien íntima, donde hizo de Lennon al entonar "Imagine" y "A day in the life", junto a canciones de Temple of the Dog y Soundgarden, en un espacio que se sintió demasiado ajeno. Esto último se confirmó al cierre con "Blow up the Outside world", que marcó el éxodo masivo al escenario de Faith No More.
Parque O'Higgins, 30 de marzo de 2014
Fue el año que la banda cumplió tres décadas de carrera, a pesar de los 13 sin actividad. Fue, además, el año de su debut en Santiago. Un encuentro nostálgico, cuando Soundgarden, una banda que fue mutando de disco en disco, volvió a su matriz más cruda, con un sonido que bebía mucho del heavy metal de la época, pero que fue evolucionando a una estampa muy rockera, hasta llegar a Badmotorfinger, que es un disco que tiene un sonido agresivo. Con el logo del disco King Animal como único elemento en el escenario, silenciaron Lollapalooza con "Searching with my good eye closed" con Matt Chamberlain en batería con una polera de Bad Brains. El centro líquido de ese concierto fue la etapa noventera de la banda, que elevó el nombre de Cornell al espacio reservado para las buenas voces del rock global. Uno de los momentos más bellos ocurrió en el bis, cuando el cantante y los suyos regresaron después del griterío generalizado para hacer "Like suicide".
https://www.youtube.com/watch?v=JvqQY6b5IbA
Teatro Municipal, 28 de noviembre de 2016
El escenario fue ideal para entablar lazos con el respetable. Cornell, desinhibido, íntimo, tal vez en su visita más cercana al país, repasó con una guitarra y su voz en forma su último disco, Higher truth, junto a canciones de Prince ("Nothing compares 2 U"), Bob Dylan ("The times they are a-changin'"), Led Zeppelin ("Thank you") y U2 ("One"), acompañado del chelista y tecladista Bryan Gibson, fundamental en los arreglos. Entre tema y tema, durante las tres noches en el teatro del centro de Santiago, el músico intercaló música con las historias que marcaron su infancia en Seattle y su vida en general.
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