Cuando House of Cards estrene su quinta temporada el martes a través de Netflix, muchas cosas van a haber cambiado en un año, tanto delante como detrás de cámaras. El maquiavélico presidente de Estados Unidos Frank Underwood (Kevin Spacey) y su mujer Claire (Robin Wright) terminaron el ciclo anterior con parte de sus actividades ilegales expuestas por la prensa, en medio de época de elecciones, amenazándolos con destruir todo lo que han conseguido a través de manipulaciones, traiciones y asesinatos.
Eso en la pantalla, porque en el mundo real, las cosas están casi tan tormentosas. Beau Willimon, creador y principal cerebro de la serie, abandonó la producción, siendo reemplazado en sus funciones para el quinto ciclo por los guionistas Melissa James Gibson y Frank Pugliese. Y, por supuesto, está Donald Trump. La figura del presidente norteamericano genera una sombra sobre cualquier serie política de la televisión. "Lo bueno de nuestra serie es que siempre se puede poner más oscura", comenta a Culto riendo Michael Kelly, quien en la historia interpreta a Doug Stamper, el psicopático brazo derecho de Underwood.
Cuando Trump sorprendió al mundo triunfando en las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre pasado, House of Cards ya tenía sus libretos listos y se estaba filmando, por lo que la historia no hace referencias al hecho de forma directa, o por lo menos no a propósito. Pero no por eso el hecho fue menos impactante para los protagonistas de la serie. "Creo que para muchos de nosotros en este país el escenario político se ha transformado en algo aterrador. Y el estar en una serie política, en donde además estábamos filmando la elección en la serie durante la elección real, fue una experiencia increíblemente surreal, sobre todo porque el resultado fue algo que no vimos venir. Pero creo que a veces hay que dar un paso atrás antes de dar dos hacia adelante, y eso es lo que estamos viviendo como nación. Ojalá inspire a la gente a buscar un cambio", dice Kelly.
-La serie ya estaba escrita cuando Donald Trump tomó el poder. ¿Pero será posible de todas formas ver paralelos con la vida real en la nueva temporada?
-De seguro se podrán sentir varios paralelos con la vida real, pero puedo asegurar que son mera coincidencia. No puedo hablar por los guionistas, pero nunca hemos sido una serie que se inspire mucho en hechos reales. Y no veo que eso vaya a cambiar pronto.
-¿Es un desafío enfrentar las expectativas? Probablemente una parte de la audiencia espera que toda serie política aborde a Trump de una forma u otra.
-Lo es, pero creo que nuestro público sabe que nunca hemos sido del tipo de serie que busque comentar algún hecho político real, ¿sabes? No creo que tengamos que preocuparnos mucho de que la gente espere que hagamos algún tipo de referencia. No hay políticos reales en nuestra serie, los únicos rostros reales son los presentadores de noticias que acceden a participar como invitados. Pero nosotros no vamos a referirnos a Trump nunca.
-¿Fue distinto filmar sin Beau Willimon?
-Para mí la mayor diferencia vino por el hecho de que Beau y yo somos muy amigos. Nos hicimos muy cercanos trabajando juntos los últimos años, y seguimos siéndolo, pero ya no lo tuve cerca durante esta etapa del año. Entonces lo sentí como un cambio muy grande para mí en lo personal. Pero a nivel profesional, la serie ya nos ha entregado una plataforma establecida sobre la cual trabajar y creo que Netflix hizo lo correcto buscando a su reemplazante desde adentro, ascendiendo a Frank y Melissa. Y mantuvimos a los mismos guionistas y equipo, entonces, siento que la voz de Beau sigue estando en la serie de cierta forma.
-La temporada pasada, su personaje mostró algo de remordimiento por sus acciones. ¿Cómo afectará su nueva relación sentimental la historia esta temporada?
-Lo que pasa es que, más que culpa, Doug siempre ha sido un hombre de adicciones. Lo principal de su personalidad es que se obsesiona con las cosas. Su trabajo, Rachel Posner, y ahora esto. Vio una foto de Laura -mujer a la que Stamper dejó viuda al provocar la muerte de su marido- y pensó, "ah, esto es interesante". Y siguió volviendo a ella. No fue tanto remordimiento como fue una nueva obsesión, por esta mujer. Este no es un hombre que busque redención, todo lo que hace, lo hace porque piensa que tiene las razones para hacerlo.
-Independiente de que a la serie siga teniendo éxito, hoy las historias en televisión suelen terminar más antes que después. ¿Cree que House of Cards está ya avanzando hacia alguna conclusión?
-No tengo un cargo que pueda decidir eso, pero como yo lo veo, esta serie podría haber terminado más de una vez. Por ejemplo al final de la segunda temporada, con Frank llegando a ser Presidente. Y como veo la historia, podría quizás terminar también el próximo año. Pero también puede terminar en diez años más. Pero eso finalmente creo que sólo está en la mente de nuestros guionistas. En lo personal, yo lo haría por siempre. Es el mejor trabajo que he tenido.