Quedan sólo dos temporadas. Probablemente poco más de un año para que Game of thrones, el mayor fenómeno televisivo de esta década, estrene lo que será su último ciclo. Aún hay tiempo, pero la sensación de despedida ya rodea a la serie, que comenzará su séptima temporada el 16 de julio a las 22 horas por HBO.

"Recuerdo que cuando estábamos en la temporada tres o cuatro, en un momento pensé: ya no sé si pueda seguir trabajando", dice Sophie Turner (21), quien interpreta a Sansa Stark, imitando la voz de una adolescente malcriada. "Pero ahora que estamos en la temporada siete, cuando la filmábamos fue como, 'wow, esto se está terminando', y me gustaría desesperadamente poder tener cinco temporadas más. Es algo aterrador y también un poco triste", agrega, sentada en un salón del hotel Corinthia en Londres.

El temor de la joven actriz es entendible; después de todo, la popular serie fue su primer trabajo, obteniendo el papel cuando tenía 14 años. También ha sido, junto a Emilia Clarke, quien más ha sacado provecho de la exposición actoral que ha implicado la serie épica, con una prometedora carrera en Hollywood, donde el año pasado interpretó a Jean Grey en X-Men: Apocalipsis, rol que repetirá en 2018 con X-Men: Dark Phoenix. Pero el futuro no es mucho consuelo para el fin de la producción de HBO: "No puedo evitar sentir que me puse una vara muy alta a mí misma tras hacer esto, y ningún trabajo se le va a acercar (se ríe). Es difícil pensar en trabajos que cumplan el estándar de Game of thrones. Pero también es emocionante. Quiero recibir la mayor cantidad de guiones nuevos posibles y estar en la mayor cantidad de proyectos que pueda".

Las medidas de seguridad en torno a Game of thrones son estrictas y el elenco no puede responder preguntas directas sobre la trama de los nuevos episodios, que en este ciclo serán siete en vez de los diez tradicionales. "¿Te gustaría saber, cierto?", se limita a decir Turner con una sonrisa cuando se le consulta qué sucederá con su personaje. En lo que sí puede ahondar es cómo empezará Sansa la recta final de la serie, luego de ser una parte crucial en el triunfo del ejército de su medio hermano, Jon Snow (Kit Harington) sobre Ramsay Bolton (Iwan Rheon), que le permitió a los Stark recuperar el norte de Westeros. Una victoria que derivó en Snow siendo nombrado rey de la región, algo que con la mirada el personaje de Turner parecía no aprobar. "Primero ella mira a Littlefinger (Aidan Gillen) y él la mira como diciéndole: te lo dije, debiste haber confiado en mí desde el principio. Y creo que ella ahora entiende eso. Estaba frustrada, porque tenía ideas y un plan para la Batalla de los Bastardos, y nadie la escuchó. Y terminó teniendo que salvar a Jon. Y él es quien es elegido como rey del Norte. Entonces Sansa se siente menospreciada. Creo que ahora se está preguntando dónde está su lealtad", asegura la actriz.

Hacia el trono

En una serie en donde el cariño que muestra la historia por sus personajes no está exactamente en la cima de las prioridades, pocos habitantes de Westeros han sufrido tanto como Sansa. Partió comprometida con un abusivo y violento príncipe que eventualmente provocaría el asesinato de su padre, sería obligada a casarse con el enano Tyrion Lannister, posteriormente se le acusó de asesinato transformándose en prófuga y además fue casada con el mayor sádico de toda la historia, quien la violó y humilló repetidas veces.

Por eso mismo, el personaje ha pasado de la inocencia de los primeros episodios a ser una fría y empoderada mujer, no dispuesta a volver a sufrir. "Quizás tengo un sesgo, pero la historia de Sansa ha sido mi favorita de toda la serie. Se ha transformado de un extremo al otro. Pasó de ser una chica ingenua, vulnerable e inocente a ser una poderosa líder, sedienta de venganza. Es muy inteligente y aterrizada. Toda esa evolución ha sido un sueño a nivel de experiencia actoral", explica Turner. "Ahora estoy un poco preocupada por Sansa, porque todo lo que ha hecho desde la primera temporada es crecer y evolucionar más y más. Y ahora siento que, de cierta forma, alcanzó su peak, ¿cierto? Entonces pienso; 'ok, ahora se muere'", agrega riéndose.

En su evolución, la actriz reconoce que su papel se ha ido pareciendo cada vez más a una de las grandes villanas de la serie, y anteriormente su némesis: Cersei Lannister (Lena Headey). "Cersei y Sansa son bastante parecidas. Son muy obsesivas con sus familias y harían lo que fuera por las personas que aman. Y creo firmemente que Sansa se podría convertir en una Cersei, volverse loca por las amenazas constantes a su familia. Si protegerlos implica convertirse en una líder sádica, que sea así. Sería divertido", dice entre risas.

Con el invierno finalmente sobre Game of thrones, Turner se mentaliza para dejar el mundo en el que creció atrás: "Va a ser como que se muera un familiar. Crecí con Sansa, es como mi otra mitad. Es alguien a quien paso interpretando por seis meses cada año. Voy a extrañarla porque cuando entro en ese estado para interpretarla, me siento mucho más poderosa; es como una versión más elevada de mí misma. Extrañaré a toda la familia de esta serie".