La relación de Marcelo Bielsa con el cine chileno

Cuando Marcelo Bielsa llegó a Chile se reunió con tres directores de cine para conocer la ciudad, según cuenta el documental Descubriendo a Bielsa del año 2012. En esta pieza audiovisual que no alcanza la hora de duración, se muestra la faceta como amante del séptimo arte del entrenador rosarino.

A quien apodan 'El loco' se le conoce por ser perfeccionista y hasta obsesivo, lo cual no solo aplica dentro de la cancha. El cineasta chileno Luis R. Vera, contó en entrevista con La Tercera que un día recibió una llamada del DT argentino. Bielsa le dijo que vio varias veces la película Fiesta Patria (2007), en una época en que consumió mucho cine chileno. El rosarino considera que estas producciones reflejan la idiosincracia del país en que fueron hechas.

"Quedó encantado", contó Viera recordando que Bielsa le pidió reunirse para hablar de la película y otros temas. "Lo invité a Valparaíso, se vino en la tarde. Estuvo en mi casa, luego fuimos a un restaurante y a partir de ahí comenzó una relación en la que conversamos mucho, de temas que tienen poco que ver con el fútbol. Le encanta lo social, lo político, la cultura, el cine… Es una persona con mucha opinión", dijo el director de cine.

En conversación con La Tercera, Vera reconoció que no sabe mucho de fútbol por lo que no habla del tema, a diferencia de Bielsa que sí le dio ideas para el filme en el que estaba trabajando: "Mi película se llama La Independencia Inconclusa y aborda el Bicentenario de América Latina, incluyendo Chile y otros países. Es muy respetuoso y todo se da en un clima muy cordial, muy fuera de protocolo. Además, es inteligente y sensible, por lo que suele ser muy asertivo en sus opiniones".

La amistad con Luis R. Vera no es lo único que une a Bielsa con el séptimo arte. En el videoclub Manquehue -un viejo emporio de películas considerado obsoleto hoy en día con los tantos servicios de streaming- se puede ver un gran póster del Athletic de Bilbao. Este fue un regalo de Marcelo Bielsa al dueño de aquel mítico local. Una muestra de agradecimiento por las tantas veces que el locatario le trajo películas difíciles de encontrar.