Siempre es difícil para las viejas glorias reinventarse dentro de un legado. Raphael sabe de aquello. Con una carrera que ya en 1992 celebraba tres décadas de éxitos, el español buscaba dar otro giro de timón con un golpe escandaloso. Registrado en varios estudios de Hollywood, California, Ave Fénix trajo de vuelta a un intérprete dispuesto a entregarse a los nuevos tiempos. Las dos canciones que el cubano Willy Chirino compuso para él fueron claves.
El súper hit "Escándalo" lo introdujo en una nueva generación que lo redescubrió incluso rapeando entre estrofas. El tema, que nació como una apuesta entre el intérprete y el compositor para ver si alguien de 50 años era capaz de adoptar el estilo, le significó su último número en Chile hasta el día de hoy. Por otro lado, también sumó a "Tarántula", una de las canciones más frescas de su discografía, a la colección de "joyas de la corona" que defiende orgulloso como símbolo de su impecable carrera.
El éxito de ventas entonces fue inevitable. Además de sus habituales mercados, el disco entró de una buena manera Japón y Estados Unidos y lo ayudó a configurar una interminable gira de casi dos años. A sólo días de haberlo lanzado, un encaprichado Raphael declaró a un tabloide colombiano: "Es lo mejor que he grabado en 15 ó 20 años. Escándalo va a ser un combate en cinco días". Y lo es, hasta el día de hoy.
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