I.
Phantogram y las nubes son algo que combina bien. El dúo formado por la cantante Sarah Barthel y el productor Josh Carter siempre tienen una oscuridad de fondo. Lo que no evitó que en su presentación del viernes en Lollapalooza Chicago fueran pura energía. Barthel se agitaba rabiosa en cada canción bajo un cielo negro, a pesar de que entre cada tema su sonrisa brillara.
Hacia el final de su set de una hora, antes del tema "Fall In Love", la cantante tomó el micrófono, esta vez sin sonrisa. "La siguiente canción es para todos los que hayan luchado o estén luchando con una enfermedad mental", dispara. "Esto es algo real. Es algo tan real como el cáncer. Es 2017, el mundo está jodido. Es obvio que nos sintamos desolados", continuó, frente a una ovación.
La hermana de Barthel se suicidó en 2016 y la cantante ha abogado fuertemente por la conciencia sobre condiciones mentales en el último año. Su interpretación de "Fall In Love" fue una catarsis en vivo.
II.
Run The Jewels es un dúo de rap formadl por Killer Mike y El-P. Están llenos de bravura y una ira revolucionaria en sus canciones. Poco tienen que ver con Phantogram. Cuando tocan en el mismo escenario una hora después, el cielo se despejó y el sol al fin apareció.
Su presentación es distinta; invitan al público a saltar, a bailar, a levantarle el dedo de al medio al sistema. Pero en su última canción, "Down", El-P pausa antes de empezar y, como vienen haciéndolos hace semanas, le dedican la canción a Chester Bennington, el fallecido líder de Linkin Park que se quitó la vida en julio. "Esta canción es para todos los que se levantan y no pueden ver nada bueno. Los entendemos, porque hemos estado allí", dice, agregando: "Y las cosas efectivamente están jodidas. Pero las prometo que esto va a cambiar. Pero necesitamos que se queden con nosotros para conseguirlo. No están solos. Miren a su alrededor: hay miles de personas como ustedes".
III.
Será porque son de Las Vegas que quizás lo que The Killers busca es siempre un espectáculo por sobre todas las cosas. Brandon Flowers es un maestro de ceremonias que nunca deja de sonreír, y su trabajo pareciera ser el mantener la euforia en todo momento.
El cuarteto tocó en el mismo escenario que Phantogram y Run The Jewels. Lo suyo no es la reflexión, sino el evadir. Son pura fiesta (y hits).
La propuesta funciona. El concierto de los de Nevada es correcto y genera una reacción que nadie más tuvo durante el día dos de Lollapalooza. Pero a ratos es también vacío y desnuda algo sobre la banda: No sólo son apoliticos en tiempos muy politizados, sino que también más que una necesaria evasión, lo de The Killers pareciera ser una negación de los tiempos. Que todo siga bien aunque no lo esté.
No todas las bandas tienen que tener mensaje ni ser contingentes. Pero las bandas que precedieron a Brandon Flowers y compañía parecieron demostrar que los artistas más chicos tienen los pies más en la tierra.