Los caminos de Culture Club y su fanaticada chilena se han ido acercando de a poco, sin encontrarse hasta ahora. Los únicos antecedentes que atesoran los seguidores locales del grupo son las tres visitas en solitario que ha realizado a Santiago Boy George, el carismático vocalista y líder del conjunto británico, quien se presentó por primera vez en la capital en 1993 -con un paso por el estelar Siempre lunes- aunque en pleno éxito solista gracias a The crying game. Once años después pinchó discos en la discotheque Luxor, aunque se molestó cuando los asistentes comenzaron a pedirle los éxitos de su banda madre. "No estoy interesado en el pasado, no me gusta cuando empiezan a gritar por It's a miracle o Karma Chameleon", dijo a la prensa nacional entonces.
Y aunque en su última visita de 2008, en Espacio Riesco, el cantante se mostró más dispuesto a repasar los hits del conjunto que creó en 1981, el encuentro definitivo de Culture Club con Chile se materializará este año, con un show fijado para el 25 de noviembre en el Gran Arena Monticello al que el cuarteto llega con su formación histórica: el guitarrista Roy Hay, el bajista Mikey Craig, el baterista Jon Moss y, obviamente, Boy George en las voces.
Un hito por el que los fans criollos esperaron más de tres décadas, posibilitado por la reunión de 2014 de los miembros originales del grupo londinense, uno de los más influyentes y exitosos del pop de los primeros años ochenta. Las entradas para el recital, en tanto, se pondrán a la venta mañana a través del sistema Puntoticket, con precios que van desde los $40 mil.
Karma de calamidad
Pocos nombres sacaron tantos réditos de las tendencias y plataformas mediáticas de inicios de los 80 como Culture Club. La luminosa y andrógina presencia de Boy George, sumada a una ingeniosa combinación entre la estética new wave y un pop heredero del soul y los ritmos jamaiquinos, transformaron al cuarteto en uno de los primeros favoritos de la entonces incipiente MTV, así como de las radios de todo el planeta. En sólo un par de años el conjunto ya acumulaba siete éxitos consecutivos en el top ten de su país y seis en el de Estados Unidos, entre ellos varios futuros clásicos de la década, como "Do you really want to hurt me", "Miss me blind" y la citada "Karma Chameleon".
Pero las tensiones internas de sus integrantes, generadas principalmente por la adicción a las drogas del vocalista -así como el romance que éste mantuvo en secreto con Moss- provocaron el temprano quiebre de la banda en 1986. Luego de tres intentos infructuosos de reconciliación durante la última década, finalmente en 2014 los cuatro músicos oficializaron su regreso e iniciaron una gira de grandes éxitos, la misma que ahora traen a Santiago.
La reunión, que no ha estado exenta de problemas y antiguas disputas -registradas en el documental de la BBC Karma to calamity-, incluso dio pie a un nuevo disco de estudio de Culture Club, Tribes, del que aún no hay luces sobre fecha de lanzamiento.