Desde su primera edición de 2014 Rockout no sólo probó ser el heredero natural del Festival Maquinaria, tomando el lugar que ocupaba éste último en la cartelera local como refugio para fanáticos de las maratones de distorsión y alto voltaje. Además, dejó en claro que su propuesta no estaría ceñida a una curatoría uniforme, apostando en cambio por diversas expresiones rockeras reunidas en una sola jornada: desde emblemas de la escena alternativa de los 90, como Primus y Thurston Moore, hasta la pirotecnia industrial de los alemanes Rammstein.
Siguiendo esa línea editorial, la tercera versión del evento ya toma forma para el 11 de noviembre, día en que debutará en el Velódromo del Estadio Nacional con un escenario principal doble -en el que se irán alternando los grupos durante el día- y un acceso general de $28 mil. Una jornada que según informa la productora Transistor tendrá como platos fuertes a Opeth y Bad Religion, dos nombres de singular arrastre en el país y que parecen ubicarse en las antípodas del género.
Los primeros regresan a sólo meses de última fecha doble por Santiago, con dos shows en abril para presentar su último disco, Sorceress (2016). Una visita que reafirmó el vínculo local con los suecos, uno de los más populares exponentes del metal progresivo contemporáneo, quienes tras cinco presentaciones en la capital desde 2009 han escogido al chileno como "su público favorito del mundo", según han declarado a la prensa.
Y lo que en éstos últimos es virtuosismo y exploración conceptual, en Bad Religion es directo y urgente. La banda de Los Angeles, una de las más longevas y experimentadas del punk californiano, viene por su séptimo show en Chile con más de 35 años de carrera y una discografía de 16 títulos, siempre con su sello de armonías vocales y letras que cuestionan el establishment norteamericano. Su último paso por Chile fue el año pasado, en el festival Lollapalooza.
Tributos y despedidas
El lineup internacional de la cita incluye también a Zakk Sabbath, una suerte de súperbanda tributo a Black Sabbath comandada por el líder de Black Label Society y guitarrista histórico de Ozzy Osbourne, Zakk Wylde, secundado por otros dos nombres de experiencia: el bajista Blasko y el baterista Joey Castillo. Junto a ellos, dos pesos pesados del otro lado de la cordillera: Attaque 77, emblema del punk regional que llega con el que podría ser su último show -tras anunciar su retiro luego de 30 años de carrera- y Divididos, otro nombre histórico y fundamental del rock sudamericano. A éstos se suman sus compatriotas de Eterna Inocencia, íconos del hardcore trasandino.
El contingente nacional, en tanto, estará encabezado por Kuervos del Sur y Tenemos Explosivos, quienes llegan al evento luego de editar Victoria, uno de los lanzamientos más destacados de la temporada.