Fue tras el éxito de las comedias Un marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto, en mayo de 1895, que los aplausos a los que el escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900) estaba acostumbrado no volvieron a escucharse. Acusado de sodomía por mantener una relación con el joven Lord Alfred Douglas, el autor de El retrato de Dorian Gray fue enjuiciado y condenado a dos años de trabajo forzado en la cárcel de Reading.
Perdió dinero y prestigio, pero fue tras las rejas donde el escritor encontró la inspiración para escribir La balada de la cárcel de Reading. Poema fundamental de su obra y de la literatura inglesa, publicado de manera anónima en 1898, un año después de cumplir su condena.
"Él no vestía su abrigo escarlata,/ porque roja es la sangre y el vino,/ y sangre y vino tenía en las manos...", apunta en los primeros versos que fueron dedicados a Charles Thomas Wooldridge, un antiguo soldado de la Guardia Real con quien estableció amistad en la prisión londinense.
"Cuando lo hallaron junto al cadáver/ de la pobre mujer muerta a la que amó/ y asesinó en su lecho", continua narrando en su conmovedor relato carcelario.
El poema, muestra del genio y sensibilidad característicos de todos sus escritos, narra los días previos al ahorcamiento de Wooldridge. En sus líneas da cuenta de su apreciación a la vida en libertad y, al mismo tiempo, de la belleza que esconde el dolor. Publicada cerca de su muerte, ocurrida en 1900 en París, la balada se convirtió en su testimonio final.
Compuesta por seis partes, La balada de la cárcel de Reading acaba de ser publicada en una edición de bolsillo, por el sello Penguin Random House, que incluye además tres cartas dirigidas a su joven amante.
La colección Poesía Portátil viene a continuar el legado de Mitos Poesía (Grijalbo Mondadori), que en 1998 llevó al mercado literario ediciones pequeñas de algunos poetas esenciales del siglo XX. Así, a fines de 2017, llegaron a librerías las primeras antologías de Safo, Walt Whitman, Alejandra Pizarnik y Pablo Neruda.
Esta vez, además de los escritos de Wilde, circula una selección de 42 flores del mal, textos que forman parte de la obra cumbre del autor francés Charles Baudelaire (1821-1867). Además del título Soñando en la mar amarga, que reúne algunas de las canciones y romances más representativos del poeta español de la generación del 27, Federico García Lorca (1898-1936).
La colección la completa Morí por la belleza, una antología que agrupa poemas de Emily Dickinson (1830-1886), autora fundamental de las letras estadounidenses del siglo XIX. En esta pequeña edición los versos elegidos se muestran sin ninguna temática. Al abrir una página se puede leer, al azar, sus preguntas y confesiones, como: "Hay algo que me gusta de la agonía,/ y es que sé que es verdad;/ los hombres no simulan convulsiones,/ no imitan el dolor".
Autores consagrados, clásicos y contemporáneos, vivos o muertos. La colección portátil publicará 16 títulos al año y cada poemario tiene un valor de $ 4.000.
Los próximos volúmenes, que llegarán en marzo, revivirán los versos de Anna Ajmátova, Charles Bukowski, Rainer María Rilke y Rafael Alberti.