Flea de Red Hot Chili Peppers habla sobre su lucha contra la adicción a las drogas

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El bajista de la banda californiana se refirió a su batalla contra las sustancias y peligros de estas en su 'Diario opiáceo' registrado en la revista Time.


Michael Peter Balzary, más conocido como Flea, el bajista de Red Hot Chili Peppers; publicó en la revista Time sus 'Diarios opiáceos' en los cuales documenta su propia experiencia como adicto a las drogas y pretende advertir a otros de sus peligros. Esto, en el marco de la crisis estadounidense a raíz de los medicamentos recetados.

"He estado alrededor del abuso de sustancias desde el día que nací. Todos los adultos en mi vida regularmente se dopaban para olvidar sus problemas, y el alcohol o las drogas estaban en todas partes, siempre. Comencé a fumar marihuana cuando tenía 11, y luego precedí a inhalar, inyectar, ingerir y fumar durante mi adolescencia y mis veintitantos", dijo el músico de 55 años.

En su relato, Flea cuenta que usaba drogas para calmar su ansiedad, y que al cumplir 30 años decidió dejar su adicción al ver a tres de sus amigos morir por esta causa y al convertirse en padre.

Sin embargo, hace algunos años sufrió una herida en su brazo que lo llevó a consumir medicamentos recetados que lo dejaron aturdido: "Hace algunos años me rompí un brazo practicando snowboard y me sometí a una cirugía mayor. Mi doctor lo arregló perfectamente, y gracias a él aún puedo tocar el bajo con todo mi corazón. Pero también me recetó dos meses de Oxycontin. La botella decía que debía tomar 4 pastillas al día. Esta muy dopado cuando tomaba esas cosas. No solo me dejaba sin dolor físico, sino también sin emociones. Solo tomé una al día, pero no estaba presente para mis hijos, mi espíritu creativo fue en declive y me deprimí. Dejé de tomarlas después de un mes, pero perfectamente pude obtener otra dosis".

Flea contó esta historia para generar conciencia a partir de la prescripción de medicamentos, ya que considera que se necesita controlar mejor cómo se recetan los medicamentos opiáceos: "La gente sana perfectamente se puede volver adicta a estos medicamentos y terminar muertos. Abogados, plomeros, filósofos, celebridades; a la adicción no le importa quién eres. La adicción es una enfermedad cruel, y la comunidad médica, junto al gobierno, debería ofrecer ayuda a todos quienes lo necesitan. La vida duele. El mundo es aterrador y es más fácil consumir drogas que trabajar a través del dolor, la ansiedad, la injusticia y la decepción. Pero comenzando con la gratitud hacia los tiempos difíciles, y valorando las lecciones de esas dificultades, tenemos la oportunidad de ser superiores a ellas y estar sanos, felices como individuos que viven por sobre la fuerte tentación de la adicción".

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