HBO no busca la masividad con sus comedias. No significa que la evite, pero definitivamente no espera los resultados de series como Game of thrones o, en menor medida, Westworld. En su lado humorístico, más que en cifras de audiencia, la cadena de cable busca otra cosa: prestigio. Y es que tras años en donde sus dramas, fuera de la serie épica basada en los libros de George R.R. Martin, han tenido resultados irregulares -cómo olvidar Vinyl-, las comedias han sido una constante fuente de elogios y premios.
En esa área, Veep y Silicon Valley han encabezado una época particularmente buena para el humor en HBO, a los que se han sumado series como Insecure y, más recientemente, Barry. La serie creada y protagonizada por Bill Hader, y que se emite los domingos a las 23.30 (este domingo a las 23.50 debido a que el estreno de larga duración de Westworld retrasa el bloque nocturno), se ha transformado en un silencioso y sorpresivo éxito de esta temporada, obteniendo en su primer ciclo los mismos números que las otras representantes del género en la señal, y siendo alabada por la crítica. HBO la renovó rápidamente para una segunda temporada.
Uno de los principales factores de las cuentas alegres que saca Barry es cómo jugó con las expectativas de su premisa: un asesino a sueldo homónimo (Hader), tras una serie de coincidencias, decide dar un drástico cambio a su vida y convertirse en actor, pero su violento oficio lo sigue persiguiendo. Pero incluso si esa idea ya llama a pensar en una comedia negra, nadie podría haber anticipado lo oscura, extraña y a ratos profunda que sería la trama. "Todos tenían una idea sobre lo que iba a ser esta serie, y cuando la vieron, se encontraron con algo distinto. Es un balance perfecto entre comedia, drama y crisis existencial", explica Anthony Carrigan, uno de los protagonistas de la serie.
Si bien Barry funciona como el momento de consolidación como actor de Bill Hader, uno de los mejores comediantes e imitadores en pasar por el programa Saturday night live este siglo, Carrigan resultó ser uno de los mayores descubrimientos de la serie. El actor interpreta a NoHo Hank, un gánster checheno perteneciente a la mafia que persigue constantemente al protagonista, chantajeándolo para que trabaje para ellos, y cada una de sus apariciones ha sido catalogada por la crítica como "roba escenas".
La particular apariencia de Carrigan, quien tiene alopecia, lo ha llevado a interpretar a villanos en más de una ocasión, principalmente en series de cómics, donde ha sido Mist en Flash y el asesino Victor Zsasz en Gotham. Pero en Barry, su antagonismo es distinto, interpretando a un personaje graciosamente inepto y encantador incluso en sus momentos violentos, manteniendo incluso un júbilo algo infantil. "Hank es un papel que se disfruta desde que uno lo lee en el guión. Pero además quise aportarle algo propio al personaje. Me inspiré en papeles de películas de acción de los 80 y además le hice una lista de canciones que lo definen, que escucho cuando tengo que meterme en su cabeza", dice su intérprete.
Sobre la segunda mitad de la temporada (sus últimos cuatro episodios), Carrigan asegura que "los personajes se enfrentarán a situaciones a las que no sabrán cómo reaccionar. Y toda la tensión estará apuntando hacia un clímax que sorprenderá mucho al público".
A pesar de lo surrealista que llega a ser la trama, Carrigan piensa que uno de los elementos que la ha hecho interesante es su descripción del mundo de los actores primerizos en Los Angeles. "Obviamente es una comedia de ficción, pero creo que captura muy bien la complejidad de esta industria. Es un mundo que puede ser muy frío y hostil, pero que también puede unir a las personas como nada más lo hace", dice.
El actor reconoce que su aspecto alguna vez fue un problema, pero hoy lo siente como su marca: "en mi pasado sentí mucha vergüenza y dolor por mi alopecia, pero hoy estoy feliz de haber podido incorporarla a mi vida. Es posible sentirse bien con uno mismo con esta condición".