Cannes, el balneario de la Costa Azul donde Jane Campion ganó la Palma de Oro en 1993 por La lección de piano. Cannes, el festival que hace 50 años Jean-Luc Godard y Francois Truffaut tomaron por asalto para crear una sección más progresista e innovadora llamada la Quincena de Realizadores. Cannes, el centro de la diversión nocturna de la primavera francesa donde la actriz francesa Asia Argento dice haber sido violada por el productor Harvey Weinstein en 1997.
La historia del festival más prestigioso de planeta es un mapa indesmentible de sus virtudes y defectos. Aquí fue donde hace seis años La vida de Adèle ganó la Palma de Oro. Es la misma sorprendente película donde su actriz Léa Seydoux (ahora en el jurado) dice haber sido sometida a maltrato físico por su director Abdelatif Kechiche. Acá también Roman Polanski, hoy expulsado de la Academia por su caso de violación de 1977, ganó la Palma de Oro en el 2002.
¿Qué hacer en medio de un mundo donde las denuncias por acosos sexuales se transformaron en el tema omnipresente a partir del caso del productor Harvey Weinstein? Probablemente renovarse. A riesgo de no hacerlo y morir.
"Tan pronto como mañana (hoy) estará disponible una línea telefónica y una dirección mail para atender cualquier queja al respecto. La pueden usar participantes, artistas, público en general", decía ayer el delegado general de Cannes Thierry Frémaux sobre la línea, que atenderá casos de eventuales abusos o acosos sexuales.
Era una improvisada conferencia de prensa, algo no habitual en Frémaux. "No solamente Cannes, sino que todo el mundo ha cambiado tras las denuncias contra Harvey Weinstein", aseveraba.
Al ser consultado por Culto sobre la reciente decisión de la Academia de Hollywood de expulsar a Roman Polanski, Fremaux dijo en forma más bien eufemística: "Es una materia complicada. Nosotros tendemos a mirar el pasado con los lentes del presente" Y agregó: "Ya Marcel Proust se preguntaba sobre la separación entre los logros del artista y del ser humano".
Cinco directoras
Ayer también fue el día en que arribó el jurado de la Competencia Oficial del Festival de Cannes, donde las mujeres brillan por estar en una mayoría de cinco a cuatro. Lo integran su presidenta Cate Blanchett, la actriz Kristen Stewart, la estrella francesa Léa Seydoux, la realizadora afroamericana Ava DuVernay (Selma) y la cantante de Burundí Khadja Nin.
Quien el año pasado presidía un jurado (aunque el de la sección Una Cierta Mirada) y ahora vuelve al Festival es Uma Thurman, coprotagonista junto a Matt Dillon, Riley Keough y Bruno Ganz de The house that Jack built, la nueva película de Lars Von Trier. El largometraje sobre un asesino serial está fuera de competencia y marca el regreso del danés a Cannes desde el 2011 cuando fue declarado "persona non grata" por decir que admiraba a Hitler.
Considerando que en el jurado las mujeres son mayoría, no sería descabellado pensar que la Palma de Oro pueda ir a parar a manos femeninas. Las candidatas en esta ocasión son Capernaum, de la libanesa Nadine Labaki, sobre los niños sirios afectados por la guerra y la migración; Girls of the sun, de la francesa Eva Husson, acerca de luchadoras kurdas contra la opresión del fanatismo religioso islámico; y Happy as Lazzaro, de la italiana Alice Rohrwacher, que se interna en el camino de un viajero en el tiempo.
Aunque no es dirigida por una mujer, sino por el iraní Asghar Farhadi, la cinta Todos lo saben es comandada por la española Penélope Cruz, quien acá es una mujer que retorna desde Argentina a España para asistir a la boda de su hermana. Una vez en Madrid, cambios insospechados alteran su vida. Será la película de apertura de Cannes hoy, y en ella participan también Javier Bardem y Ricardo Darín.
Un lugar especial merecerá BlacKkKlansman, de Spike Lee, sobre un policía negro que opera para desbaratar el Ku Klux Klan de Colorado.
Un judoka en Cannes
Un metro 65 centímetros. Manejo de tres o cuatro idiomas. Cinturón negro en judo. Thierry Frémaux (1960), el hombre que hace 11 años dirige el Festival de Cannes, comparte con Vladimir Putin la misma estatura, su habilidad con los idiomas y la dedicación al arte marcial. Desde hace un mes, cuando Cannes seleccionó la película Verano del ruso Kirill Serebrennikov, Frémaux ha conversado con los asesores de Putin para que dejen que el cineasta pueda asistir al encuentro. Serebrennikov, opositor al régimen, está con arresto domiciliario desde hace un año.
"A estas alturas no tengo muchas esperanzas de que lo dejen salir. Lo más irónico es que ni la película de él ni la de Jafar Panahi son políticas. Por mientras, esperamos", comentaba a propósito de Verano, pero también de Three faces, del iraní Jafar Panahi.
Otro de los temas candentes de ayer fue Netflix, que no envió sus películas a Cannes debido a que los exhibidores franceses no están de acuerdo con que las cintas sin exhibición en salas entren a la competencia de Cannes.
"Siempre he dicho que tenemos excelentes relaciones con Netflix, más de allá de los desacuerdos en torno a la ley francesa… El año pasado fue el episodio 1, ahora el episodio 2 y el próximo seguramente el 3", bromeó Frémaux, especificando que debido al marco regulatorio galo no pudo exhibir Roma, el nuevo y filme de Alfonso Cuarón (Gravedad) sobre su juventud en México, producido por Netflix.