No importa el orden en que un tipo como Rick Wakeman (Londres, 18 de mayo de 1949), una celebridad de la música contemporánea, estructure un repertorio generoso, lo reformule a un formato de música docta y lo regale al público que la noche del viernes lo acompañó para presenciar un show de alto vuelo de comienzo a fin.
Aunque parezca un contrasentido, las aventuras musicales siempre le han venido bien a este inglés de 70 años. Poco le importó a fines de los '60 inmolarse por el rock y abandonar sus estudios en el Royal College of Music de Londres para sumarse a la revolución pop. 50 años después, Rick Wakeman decide girar por el mundo mostrando su catálogo, un equilibrio que roza la perfección entre lo docto y el rock de mejor factura, el mismo que desplegó junto a la formación clásica de Yes entre 1971 y 1973 y, posteriormente, como emblema de la grandilocuencia sinfónica.
Rick Wakeman tiene oficio y sabe lo que el fanático de su obra y su ex banda desea escuchar. Cada pieza de su catálogo fue interpretada magistralmente por la Orquesta Sinfónica: 20 músicos y 14 coristas ensamblados correctamente, recreando pasajes de Las seis esposas de Enrique VIII (1973), Viaje al centro de la Tierra (1974) y Los mitos y leyendas del Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda (1975). Algo similar sucedió cuando se aventuró con dos clásicos de Yes, "And you and I" y "Roundabout", este último ya en el final de la presentación.
Con la ayuda de mis amigos
La vida de Rick Wakeman también ha estado marcada por la amistad forjada a través de la música. Tocó para Cat Stevens, T. Rex y David Bowie. Y fue precisamente de este último a quien recordó con "Life on Mars", que el público aplaudió entusiasmadamente en señal de la comunión que el inglés consiguió con la audiencia.
Tampoco podía faltar algo del cancionero Beatle. "Help" y "Eleanor Rigby" sellaron una noche memorable para un músico vigente, que despliega talento en cada interpretación y que como pocos reconoce y agradece sus influencias. Hubo tiempo para bromas, para intentar un par de palabras en español y para reírse de sí mismo. "Tengo 70 años, pero me siento un joven de 30. Llevo 50 años haciendo música y no pienso en el retiro todavía", dijo sobre el escenario.
Poco más de dos horas de concierto y cinco bis que el público celebró. Prometiendo regresar en algún momento, próximamente saldrá al mercado su nuevo trabajo, Piano odyssey, una continuación de la saga que inició con Piano portrait (2017) y la excusa para traer a Chile su gira Live with Symphony Orchestra.
A Rick Wakeman le gusta este rincón del mundo. Llegó a Sudamérica por primera vez en 1975 cuando visitó Brasil y siempre ha destacado, durante el show lo reiteró una vez más, que Sudamérica tiene dos cosas que le apasionan: la amabilidad de su gente y el fútbol. Por lo mismo, estalla en risas cada vez que se le consulta por qué no es él y sí los hermanos Gallagher el fanático más popular del Manchester City: "Vivo a una hora de la cancha, con suerte voy a 2 ó 3 partidos al año", remata antes de bajar del escenario para felicitar a los músicos nacionales que lo acompañaron en esta ocasión.