Doce años antes de que León Tolstoi publicara Ana Karenina, ya existía una famosa adúltera en la literatura rusa: Katerina Lvovna. Hija de campesinos pobres y vendida por su familia a los ricos Izmailov, la protagonista de la pequeña novela Lady Macbeth del distrito de Mtsensk (1865) ha ido cambiando de piel a través de la historia.
Primero, claro, fue el personaje de la narración de Nikolai Leskov (1831-1895), luego se convirtió en el gran carácter de la ópera homónima que el músico soviético Dmitri Shostakovich estrenó en 1934, y 32 años más tarde el cineasta polaco Andrzej Wajda realizó su propia adaptación, siempre en la Rusia zarista campesina original. Ahora, el director inglés William Oldroyd (1979) decidió trasladar toda la acción a las aún más heladas tierras de Northumberland, en el noreste de Inglaterra. Ahí viven y respiran los personajes de Lady Macbeth (2016), película que el Cine UC estrena hoy.
El año sigue siendo 1865 y las condiciones de trato hacia las mujeres son más o menos igual de miserables que en la obra de Leskov. Eso sí, Oldroyd decide cambiar y matizar algunas escenas claves con el objetivo de darle una particular ambigüedad a la película. También, de alguna manera, se abstiene de la condena moral al adulterio que tanto pregonaba el relato original.
Lady Macbeth, que es el primer largometraje de William Oldroyd, fue una de las películas más elogiadas en Gran Bretaña durante el año 2016 y el periódico The Guardian la ubicó entre las 10 mejores del año. Formado en el teatro, Oldroyd se hizo conocido por sus novedosas adaptaciones de clásicos de la escena, en particular de Henrik Ibsen. Lady Macbeth ganó el premio Fipresci de la crítica en el Festival de San Sebastián 2016 y en 2018 fue nominada a dos galardones Bafta, los más importantes del cine británico. Además, en el 2017, postuló a 14 premios British Independent Film Award, quedándose con los de Mejor Guión, Mejor Actriz, Mejor Fotografía y Mejor Diseño de Vestuario.
La película, financiada en parte por la BBC, tuvo un costo de apenas 650 mil dólares, muy por debajo de la media del cine en Hollywood e incluso inferior a varias de las producciones chilenas.
En su trama, Katherine (Florence Pugh) contrae matrimonio a la fuerza con el potentado comerciante Alexander Lester (Paul Hilton), un sádico, pero también un impotente sexual. Con menos de 17 años y hastiada de una vida que ve pasar por la ventana, Katherine suele estar sola y a veces en compañía de Boris, un suegro que suplanta a su esposo cuando éste sale de negocios. Gracias a su criada, Anna, lady Katherine conoce a Sebastian, empleado de la mansión que más temprano que tarde se transformará en su amante.