El Marr está sereno. Sereno está el Marr. Como casi siempre, a medio paso entre el frontis del escenario y los bastidores. No por un sentido de humildad, ya que el hombre ha tenido conciencia de su enorme talento desde sus inicios. Tampoco por falta de oportunidades, que su carrera posterior a The Smiths lo ha tenido con el buzón de mensajes generalmente lleno. Más bien por cierta lógica vital que, como planteó en esa relajada autobiografía llamada Set the boy free de 2014, le impide complicarse en exceso. Y que puede determinar cambios radicales cuando las circunstancias lo ameritan.
Algo parecido decía el mal hablado de Johnny Rogan, autor de Morrissey & Marr. The severed Alliance en 1992, cuando comentaba que el guitarrista se sentía enjaulado tanto en lo musical como a nivel de organización en la banda al despuntar 1987. El autor, guaripola de esa (extensa) lista de enemigos vitales que Mozz ha mencionado alguna vez, apuntaba a cómo los límites estilísticos del grupo ahogaban la creatividad de Marr. Situación que se agravaba por los constantes problemas de orden a nivel económico.
Lo que sucedió es que The Smiths, quienes siempre abogaron por la independencia y el camino propio, no sólo no hacían videos o publicidad convencional, sino que tampoco contaban con managers fijos ni contratos claramente establecidos. Por ello, Marr mientras tomaba las riendas musicales (de "mi banda", como recalca en su autobiografía) también se entretenía firmando cheques, persiguiendo los dineros faltantes y planificando la internacionalización definitiva del grupo. Y gestionando la convivencia con Morrissey y sus problemas con cheques, dineros e internacionalizaciones varias.
Como se puede suponer, muy pronto vino el quiebre, el que derivó en los integrantes centrales tomando caminos diversos a partir de 1988. Mientras el vocalista y letrista de The Smiths comenzaba de inmediato una destacada carrera solista, Johnny Marr prefirió actuar de miembro de banda, co-autor y músico en estudio hasta dedicarse efectivamente a publicar música en solitario. A la luz del excelente Call the comet (Warner, 2018), tercer disco con su nombre en la portada, les mostramos algunas de las formas en que el mancuniano eludió las expectativas ajenas por más de dos décadas. No esperar exhaustividad, que con Marr eso es imposible.
El escudero de lujo
La historia es conocida. Fue Johnny Marr quien decidió salirse de The Smiths, semanas antes de la edición de Strangeways here we come (Rough Trade, 1987), tomando un vuelo a Estados Unidos para unas "vacaciones de la banda" que, a la fecha, cumplen 31 años ininterrumpidos. Ello coincidió con un período fértil de colaboraciones, continuando el trabajo ya hecho anteriormente con gente como Everything but the girl o Billy Bragg.
Todavía con la banda en activo, Bryan Ferry llamó a Marr para transformar el instrumental de The Smiths "Money changes everything" en uno de esos lustrosos singles que tan bien hace ("The right stuff"). Luego, con otra banda que se desmoronaba internamente como Talking Heads haría su labor en el disco Naked. Al año siguiente, con The Smiths disueltos, comenzaría derechamente el poliamor laboral, primero con The Pretenders, tanto en estudio como en una decena de actuaciones; y luego con la tristemente fallecida Kirsty MacColl apoyando a nivel instrumental y de composición.
https://www.youtube.com/watch?v=QELFEgwUzOA
Ya distendido el hombre, ha acumulado en las siguientes tres décadas una larga lista de colaboraciones en estudio con gente diversa como Crowded House, Pet Shop Boys, Noel Gallagher, Beck o Tom Jones. Además ha participado en varias bandas sonoras con el compositor Hans Zimmer (entre ellas, la muy aclamada de Inception) y como para no perder la buena costumbre del escenario, ha aparecido como músico invitado en vivo de R.E.M, Dinosaur Jr. o Pearl Jam.
El Integrante
No es que Johnny Marr se haya transformado de la noche a la mañana en un mercenario. O no uno desalmado, por lo menos. Cuando la propuesta le ha interesado, se ha unido a bandas, aunque la exigencia de las giras (junto con sus múltiples proyectos paralelos) le hayan impedido mantenerse mucho tiempo a bordo.
La primera de las experiencias fue con su viejo amigo Matt Johnson en el proyecto personal transformado en banda, The The. Manteniendo las letras políticas y el buen olfato melódico de sus dos primeros discos, Matt Johnson armó una banda estable para sus siguientes trabajos dándole mayor peso y carácter orgánico a la propuesta, lo que se observa en Mind bomb (Epic, 1989) y el fantástico Dusk (Sony, 1992) con Marr en guitarra y ocasional armónica.
Los siguientes pasos fueron variados y, por sobre todo, sorpresivos para el gran público. Los garageros The Cribs lo tuvieron de miembro oficial cuando aún eran una banda en ascenso entre 2008 y 2011. Antes de ello, sería integrante de los inclasificables estadounidenses Modest Mouse durante 3 años, incluyendo la grabación del exitoso We were dead before the ship even sank (Epic, 2007), en una experiencia que Marr ha calificado como la mejor de toda su carrera musical.
https://www.youtube.com/watch?v=mmm_SjUAK7I
Dos casos aparte incluyen a compañeros de generación. La primera y más conocida, es la formación de Electronic, a inicios de los 90s, con su coterráneo Bernard Sumner (Joy Division, New Order), con quien publicó tres discos y tuvo un éxito masivo con "Getting away with it". Menos comentado fue el proyecto inconcluso en 1993 de un disco con Ian McCulloch, vocalista de Echo and the Bunnymen, que incluye una rocambolesca historia de camionetas robadas y demos perdidos.
El solista
El que piense que Johnny Marr estaba evitando el centro del escenario no anda tan perdido. Recién en 2003 editó un disco bajo el nombre de Johnny Marr and the Healers, con escasa repercusión y medianas críticas. Cosa muy diferente a lo que ha ocurrido desde The Messenger (Warner, 2013), primer álbum sólo bajo su nombre y que ha tenido una continuación en ascenso con Playland (Warner, 2014) y el reciente Call the comet (Warner, 2018).
No sólo la recepción de los discos ha sido diferente de su primer intento solista, sino que los shows de sus giras respectivas (que pasaron por Chile en 2014 y 2015) fueron alabados por su consistencia y potencia sonora. En ellos, Marr con una voz funcional (cálida, aunque sin la potencia ni el carisma de Morrissey) se ha permitido, tres décadas después, reivindicar en vivo el legado de The Smiths. De manera tranquila, sin aspavientos. Sereno el Marr.
https://www.youtube.com/watch?v=vT_IlY0A4_0