Se hace llamar Diezzel Kunst, un nombre que parece de lubricante, y viene de participar junto a otros 46 chilenos en la IV Bienal de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, que se realizó entre el 10 y 15 de octubre en el Centro Cultural Borges. Allá llegó con su obra llamada Meet me at the corner, cuadro de 130 centímetros de alto por 100 de ancho que de acuerdo a la lectura que lo acompaña corresponde a técnica fotográfica y "mixed media". En otras palabras: una foto intervenida.
Es el tipo de disciplina artística en que se mueve ahora Sebastián Dávalos, el hijo de la ex presidenta Michelle Bachelet que a partir de febrero del 2015 fue protagonista del caso Caval. En aquella ocasión se lo acusó de supuesto tráfico de influencias junto a su esposa Natalia Compagnon con el objetivo de compra de terrenos en la Región de O'Higgins.
Donde si hay tráfico de influencias (aunque artísticas) es en Meet me at the corner, que Dávalos firma con su nombre artístico de Diezzel Kunst. Es un cruce de fotografía y computación, lo que la curadora argentina María Elena Beneito, llama una forma de arte digital. Ella es la directora de la Bienal que concluyó este lunes y quien participó de la selección de los artistas chilenos, junto a dos curadores nacionales. Estos últimos confirmaron a Culto que Diezzel Kunst (kunst significa "arte" en alemán) es Sebastián Dávalos.
Nacido en la ciudad alemana de Leipzig en 1978, Dávalos ostentaba conexiones artísticas, o al menos ligadas al diseño, desde un tiempo. En agosto del 2018, transformó su empresa Artworks (inscrita en mayo del 2015) en Black Mirror SpA, dedicada a las exposiciones de arte y la compra y venta de objetos de arte, gráficos y de papelería, entre otros.
En marzo de este año, Diezzel Kunst llegó junto a otros 12 artistas chilenos al Carrousel del Louvre, un mall ubicado bajo el museo de París donde se organizó la Feria Internacional de Arte Art Shopping. Aquella participación también se originó a partir de una invitación de María Elena Beneito.
"Diezzel Kunst tiene un buen manejo del color", dice la curadora desde Buenos Aires. "El arte digital es complejo, pues requiere una combinación acertada de los colores. Así como la pintura necesita de un pincel o la escultura requiere de un cincel, en este caso hay que hacer un gran uso de los computadores", comenta Beneito, que aclara que conoció a Kunst-Dávalos a principios de año.
En Santiago, el ex director sociocultural de la Presidencia ha expuesto sus obras en la Galería Trece, compartiendo muros con una serie de artistas chilenos. En el Centro Cultural Borges, sin embargo, ocurrió algo fuera de los protocolos clásicos en este tipo de muestras: la obra de Diezzel Kunst fue a parar lejos del pabellón de los otros 46 chilenos.
"Era el único chileno que exponía aparte, todos los demás estaban en el salón", dice la artista Lourdes Naveillán, que participó en la Bienal. "Estaba en un salón donde había paraguayos, argentinos y gente de otros países. Nunca había oído hablar de él como artista. Su obra era como una impresión fotográfica de una esquina de un edificio y estaban pintadas las ventanitas de colores fuertes. No me pareció la creación de alguien que se dedique profesionalmente, pero sí de quien lo está intentando, buscando una técnica", agrega Naveillán.