Enzo e Ítalo Vásquez no son hombres de giros drásticos. Más bien apuestan por matices, pinceladas en cuadros ya resueltos, ingredientes paulatinos en recetas de probado éxito. Por ejemplo, su último sencillo, "Ay mi amor", conserva esa etiqueta de "pop cebolla" con que han bautizado su estilo, un rompecabezas donde caben boleros, sonidos tropicales y música mexicana, aunque esta vez adhirieron una guitarra eléctrica de textura más áspera, en la línea de bandas románticas de acento rockero como Los Ángeles Negros. Eso sí, sobre toda esa fusión, le siguen cantando al amor, al desamor, al perdón, las súplicas y la compasión: Los Vásquez sólo varían pequeñas piezas para que la máquina siga funcionando.
"No sé si es un vuelco, pero queríamos incorporar sonidos nuevos. Cuando estábamos haciendo esta canción, salió esa guitarra y quedó perfecta. No lo visualizamos como un giro de sentarnos a decir 'tenemos que cambiar el rumbo', sino que sólo meterle un matiz. El tema sigue siendo una balada, pop cebolla, pero con cosas que nos hacen sentido. El sonido de Los Ángeles Negros lo escuchábamos desde pendejos", corrobora Italo Vásquez, el hombre de la guitarra en el dúo de hermanos, ayer en el espacio Tercera Voz de La Tercera.
Y las transformaciones graduales también aplican para otro de los grandes temas que ha merodeado al conjunto desde sus comienzos, alzados hace años como uno de los nombres más convocantes y de mayor difusión radial de la escena chilena: la invitación que cada cierto tiempo les hacen para ser parte del Festival de Viña del Mar.
Ya al menos dos veces han dicho no. Y para la edición 2019 hubo una nueva negativa: "Más que una oferta, que me suena como que dijeran 'cabros, tenemos tantas lucas para ir' (hace el gesto de tirar billetes sobre una mesa), nos invitaron. No nos han hecho oferta, pero sí nos invitaron. Fue como 'chiquillos, ¿les interesa?'. Pero nosotros seguimos con esta parada rockera (se ríe) de buscar nuestra tranquilidad, de proteger nuestro trabajo. Ya dijimos que por este año 2019 no, que muchas gracias, pero no", asegura nuevamente Ítalo.
Pero Enzo acota la variante: "Hay un pequeño cambio. Antes siempre era un no rotundo, pero ahora tras recibir muchos comentarios en redes sociales de gente que nos sigue, dijimos 'de repente, más adelante, si nos invitan de nuevo, démosle una vuelta'. Hay prácticamente una exigencia en redes sociales de 'ya pues, corten el hueveo loco, ya está bueno, queremos que su música se escuche afuera, queremos que la conozcan'. Estamos en eso, la puerta estaba muy cerrada, pero recién la hemos abierto un poquito para pensar en esa posibilidad. Queremos que Los Vásquez suenen afuera de Chile y sabemos que Viña afuera se ve caleta".
Donde su pop cebolla sí se escuchará fuerte -igual que su característico grito de guerra de "¡aquí vienen Los Vásqueeez!"- es en La Cumbre, evento que se hará el 12 de enero en el Club Hípico de Santiago, e históricamente asociado al rock y las guitarras. Ítalo lo asume: "Cuando nos invitaron dijimos 'chucha, qué onda, nos van a sacar a botellazos si cantamos'". Su hermano completa: "Pero después pensamos que el rock es algo que va más allá de la música, es más una actitud. Podríamos hacer hasta rock cebolla (se ríe). Nuestro manejo igual es un poco rebelde".
En algún punto, los oriundos de Coyhaique ya están habituados a instancias masivas en que los otros invitados no comparten del todo su genética artística. Por ejemplo, han participado de homenajes a Víctor Jara junto a Congreso, Quilapayún, Manuel García o Nano Stern, donde además pueden desplegar su otro costado: pop cebolla y lacrimógeno, pero con toques políticos y discursivos.
"Puedes hacer música romántica, pero eso no significa que vas a cantar o hablar de eso solamente. Puedes tener opinión, un pensamiento, y de inmediato conectas con gente diferente", dicen los músicos. Luego Enzo profundiza: "Muchas veces nos dicen: 'chiquillos, canten y no se metan en política'. O 'se ven tan lindos cantando que mejor dedíquense a cantar'. Pero no podemos perder la oportunidad de usar la difusión que tenemos para visibilizar este tipo de movimientos. Nos enamoramos del movimiento estudiantil. En regiones veíamos las noticias y lo que se mostraba era una huevada terrible de las marchas, con puros delincuentes; pero participamos y al final eran puros carnavales. También fue bacán participar en un show con Illapu y ser parte de esa corriente de pensamiento político".
- ¿Están más alineados con la izquierda?
- Ítalo Vásquez: Sí, efectivamente.
- Enzo Vásquez: Podemos tener gobiernos de derecha, de izquierda que no parecen tan de izquierda, porque hay mucha transa política, transa empresarial; pero yo creo en el poder de la gente, que sigue creciendo y que para allá va la cosa.
- ¿Tienen opinión del actual gobierno y de Piñera?
- IV: Nosotros vemos un tema que nos llega mucho y que tiene que ver con el medio ambiente; vemos que hay una mentalidad de desarrollo a costa de lo que sea. Como lo de Quintero: aquí lo que se necesita es generar lucas y que vengan los inversionistas a costa de lo que sea. Si hay que entregarles el agua, se les entrega el agua; si hay que secar una localidad porque se necesita para producir, se seca. Esa es la volá. Eso no es desarrollo, es lucro para algunos pocos, muy pocos. Entonces esa es la mentalidad que hay ahora: desarrollo, crecimiento, producir, sin importar dejar la cagada en cualquier lado.