23 de febrero de 2002 y Lucho Gatica está perfectamente trajeado, peinado y sonriente mirando la bahía de Valparaíso desde un restaurante entre machas a la parmesana y copas de vino blanco. Su sello discográfico lanza el box set El Gran Gatica con tres discos y un DVD. El acto tiene gusto a revancha por lo ocurrido la noche anterior en el festival de Viña del Mar, él y Antonio Prieto como protagonistas de un número musical mal planificado, un extraño autohomenaje donde los astros románticos cantan alternadamente sobre pistas. No hay orquesta visible, el escenario se hace gigante, se ven solitarios y descoordinados. El público de la quinta Vergara se impacienta hasta que las pifias descienden como una ola amarga desde la galería. Aparece Antonio Vodanovic y pide aplausos mientras Andrea Tessa les entrega ponchos y sombreros huasos.
Lucho Gatica conversa con los periodistas en ese restaurante sin dejar de mirar el mar con la expresión amable de un caballero de otros tiempos, y el acento neutro que da cuenta de su condición de súper estrella internacional por más de medio siglo. Había que preguntarle por las pifias y tras insistir, su salida fue maestra. "Lo lamento por Antonio", dijo aludiendo a su colega. A él nadie lo pifió.
Paul McCartney canturrea "Bésame mucho" emulando la voz del rancagüino en las tensas sesiones de Let it be en 1969 como un recurso emotivo. Es un comodín en la historia de The Beatles. La tocaban en Hamburgo y la grabaron en la misma sesión histórica de Love me do en 1962, un exitazo con resonancias en ultramar en la voz del chileno en 1953. Por eso aquellas fotos de Lucho Gatica con Elvis Presley frente a frente en 1957 con expresión relajada manos en los bolsillos, los monarcas absolutos de sus respectivos géneros, el rey del bolero y el rey del rock, de igual a igual.
Germain de la Fuente dijo hace un rato en televisión entre las primeras reacciones a la muerte de Lucho Gatica, que se trata del padre de la canción romántica y no exagera en lo absoluto. Raphael y Luis Miguel, ídolos indiscutidos, lo citan por el impacto de su cancionero y la trascendencia de sus maneras. Lucho Gatica le dio garbo a la música latina a nivel mundial sacándola del cliché carnavalesco. Desde Rancagua en el país más austral del mundo este artista dictó las pautas sobre cómo enamorar con la voz y la melodía cantando en español, y ese hito ha quedado en la historia para siempre.