Hasta la grabación del White Album, George Harrison había compuesto un puñado de canciones para los álbumes de The Beatles. A partir de Help! (1965), comenzaron a salir uno o dos temas por disco. Sin embargo, en 1968, George se anotó uno de sus mayores aciertos: "While my guitar gently weeps".

El tema se inspiró en el I Ching, el milenario libro chino de filosofía, según el cual todo cuanto sucede estaría predestinado, es decir, que cada hecho tiene un fin. Bajo ese concepto, Harrison decidió realizar un ejercicio a modo de prueba. "Escribí 'While my guitar gently weeps' en casa de mi madre en Warrington… decidí escribir una canción basada en la primera cosa que viera al abrir un libro, puesto que estaría relacionado con ese determinado momento. Abrí un libro al azar, leí 'gently weeps' (llora suavemente), dejé el libro y me puse a componer la canción", cuenta su autor en el libro The Beatles Anthology.

Harrison, el miembro más joven del grupo, llevó la canción para que la banda la grabara, pero para su frustración, apenas la tomaron en cuenta.

"Tratamos de grabarla, pero Paul y John estaban acostumbrados a grabar solo sus canciones, por lo que a veces era difícil ponerse serio y grabar una mía. Eso no ocurría nunca. No se tomaron esa canción en serio, creo que ni siquiera la tocaron, de modo que aquella noche me fui a casa y pensé 'es una lástima', porque sabía que era una buena canción", señala George en el volumen.

Sin embargo, Harrison estaba adquiriendo una nueva confianza en sí mismo y en la calidad de su material, por lo que no iba a dejar que le rechazaran su canción de manera tan simple. Para ello, echó mano a un recurso que los fab four habían utilizado muy poco en su carrera: invitar a un músico. El elegido fue Eric Clapton, gran amigo de George.

"¿Tienes algo importante que hacer hoy? ¿Por qué no vienes al estudio y tocas esa canción? Eric respondió: 'No puedo hacer eso. Nadie ha tocado un disco de The Beatles y a los otros no les gustaría'. Yo insistí: 'Es mi canción, y me gustaría que la tocaras'", cuenta Harrison.

En rigor, The Beatles ya habían tenido músicos invitados en otras canciones. Brian Jones, guitarrista de los Rolling Stones, tocó el saxofón con ellos en "You know my name", grabada en 1967 y recién lanzada en 1970 como cara B del single "Let it be".

"De modo que vino. Yo dije: 'Eric va a tocar esta canción', y fue estupendo porque eso hizo que los otros se esmeraran. Paul se sentó al piano y tocó una bonita introducción, y todos se lo tomaron más en serio", recuerda Harrison.

Bob Spitz, en su obra The Beatles, the biography, narra cómo se dio esa sesión: "Antes de que alguien tuviera la oportunidad de objetar, Clapton ya estaba en Studio Two, atándose la guitarra Les Paul y escuchando la pista rítmica mezclada con su trabajo en la decimosexta. La canción estaba prácticamente allí creando un surco sin efecto y sin esfuerzo, pero carecía de un dispositivo dramático para liberar la tensión emocional que nunca está lejos de la expresión enjaulada de George. El conmovedor riff de guitarra de Clapton proporcionó todo lo que necesitaba. La forma en que llora y gime, mantenida en jaque por el incisivo fraseo de Eric, crea el anhelo que le da a la canción su centro emocional. La voz de George no podría haber sido más encantadora al exprimir la triste letra de toda su desesperación, hasta que, al final, parece que apenas está aferrado, solo montado sobre la guitarra emergente, ya que funciona para estrangular sus gritos superpuestos".

En el Anthology, Paul McCartney agrega: "Eric estuvo amable, modesto, tratando de amoldarse a nosotros. Tocó muy bien. Se volcó y nosotros también. Fue estupendo tocar con él. Su estilo encajó con el de la canción, y creo que George tenía ganas de que la tocara, lo cual dice mucho a favor suyo, porque pudo haberla tocado él y llevarse todo el mérito".

En la reedición 2018 del White Album pueden escucharse otra tomas de la canción tocada por la banda y Eric Clapton.

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