"En un principio dije: 'De ninguna maldita manera'", confiesa Charlie Brooker entre risas en una sala de reuniones de la casa matriz de Netflix. El creador de Black mirror, que desde 2010 trabaja para el servicio de streaming, fue el elegido para continuar su aclamada serie en un formato interactivo, que permite a los usuarios elegir qué curso seguirá el protagonista de la trama.
"Nunca será lo mismo que hacer una historia lineal, pero tienes una nueva herramienta en tu caja como escritor", dice el realizador de Bandersnatch, la primera película de la serie británica que debuta hoy en Netflix, y cuya narración queda en manos de los espectadores: son ellos quienes eligen el destino de su protagonista y, por lo mismo, responsables de los sucesos que se ven en pantalla.
La trama, como es la tónica del universo Black mirror, gira en torno al mal uso que los humanos pueden darle a los avances de la tecnología en futuros y pasados hipotéticos: Aquí, Stefan es un programador veinteañero de la década de los 80, que intenta crear un videojuego basado en una de sus novelas favoritas, en el que cada jugador pueda elegir entre dos opciones cada ciertos tramos de la historia. Tal como el juego, los espectadores de Bandersnatch podrán también controlar algunas elecciones de Stefan a través de la pantalla.
"Si se ajusta a la historia, si agrega algo nuevo, si haces algo que no puedes con una historia tradicional, entonces es una gran herramienta", explica Annabel Jones, productora de Black mirror. "Es rupturista, así que es un gran privilegio haberlo hecho", añade.
Fueron meses de producción en medio de un secretismo tal que quienes trabajaron en la película ni siquiera le contaron a sus familiares lo que estaban haciendo. Tras 35 días de filmación y horas de material que se redujeron a cinco, crearon una cinta que promedia los 90 minutos para llegar a uno de los cinco finales posibles. Pero la experiencia puede ser de mayor o menor extensión dependiendo de las opciones que elija el usuario.
"Hay ciertas líneas de historias determinadas, pero no podría responder cuántos finales en concreto existen. Ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo con lo que constituye un final", dice Brooker, evocando a las acaloradas discusiones en la sala de guionistas.
Elige tu propia aventura
Puss in book, de Dreamworks, y la serie de HBO Mosaic, ambas de 2017, son algunos antecedentes de la narración interactiva que propone Bandersnatch. En ciertos tramos de la película, Stefan se enfrentará a ciertas opciones y será el televidente el que elija por él. La primera decisión no tiene mayor relevancia: ¿Qué cereal elegirá éste para el desayuno? El usuario dispone entre 10 y 15 segundos para responder, sin posibilidad de pausar.
"Primero lo vimos en un televisor y funcionó muy bien. Nos preocupamos mucho de que funcionara como historia, y ver que fluye ha sido muy extraño, casi emocional. Varias cosas inicialmente no resultaron, hubo mucha observación en un comienzo", recuerda Brooker.
Una vez construida la trama, el equipo de tecnología e innovación debió lograr que la interactividad fuera un plus, no un elemento que frenara el ritmo de la historia. "Espero que la interfaz funcione tan elegantemente que no te tengas que preocupar por eso, que se sienta como pensamientos que surgen mientras navegas", comenta Jones.
¿Habrá otra película de Black mirror en este formato? Las respuestas coinciden en la incertidumbre. "Cuando una mujer acaba de dar a luz no le preguntas cuándo tendrá el siguiente hijo ¿o sí?", señala Dave Slade, director de la cinta. "Mi primera respuesta es 'no volvería a hacer esto', pero es muy intrigante e interesante cómo se transforma todo el lenguaje audiovisual".
"Para mí es un género distinto", complementa Brooker. "En Black mirror hemos hecho historias muy diferentes: de detectives, romance, así que para mí se ha vuelto una nueva forma de hacer cosas que pueden desarrollarse a un lado de la narrativa más tradicional".