El reloj bordeaba las 11 de la mañana de ayer cuando se logró divisar un distinguido avión gris que contrastaba con las otras aeronaves presentes en el sector donde suelen aterrizar los vuelos privados en el Aeropuerto Internacional de Santiago. Un vehículo con esas características sólo podía anunciar una cosa: Paul McCartney ya estaba en Chile para iniciar el Freshen Up Tour en Sudamérica.
Distinta a la llegada de las actuales estrellas de la música urbana o de k-Pop, donde las fanáticas esperan en grandes grupos, el arribo de McCartney fue tranquilo y esperado por quienes tenían el dato de su llegada: la prensa. Sólo un fan esperó con el vinilo del álbum Abbey Road en mano y un lápiz con la intención de lograr que el músico plasmara su firma allí.
Los medios presentes no tardaron en instalar sus cámaras en las rejas que separan a los mortales de los astros como Sir Paul. Una vez todo listo, cualquier toma valía la pena: un saludo, una mirada, cualquier gesto que ilustrara que el ex Beatle estaba en suelo nacional, dos días antes de su presentación en el Estadio Nacional, que se concretará mañana a las 21 horas.
El músico británico calentó los motores de su llegada al país con un video liberado el domingo donde saludó a sus fans chilenos y los invitó al encuentro en Santiago para finalizar con los acordes de Magical mystery tour.
El momento en Pudahuel llegó. 13 minutos luego de su arribo, Paul se dejó ver junto a su esposa Nancy Shevell y parte de su equipo. Todos provenientes de un vuelo que los trajo desde Nueva Jersey hasta la capital. "Paul, Paul", gritaba la prensa presente con el fin de obtener alguna toma del cantante. McCartney no tuvo reparos en levantar su brazo y saludar a lo lejos a quienes estaban allí mientras se dirigía a la van que lo trasladaría rumbo al hotel Ritz Carlton, lugar donde ya se ha hospedado en visitas anteriores.
Ese momento flash de su saludo anticipó la cercana actitud de McCartney con los medios, un hombre que a lo largo de su carrera ha aprendido a convivir con ellos y manejar a la perfección los momentos en que los periodistas se acercan para captar algo de él.
Por eso es que no sorprendió que, cuando se abrieron las rejas para dejar salir el automóvil, una de las cabinas tuviera una ventana abierta para poder ver ese conocido rostro de cerca, el mismo que tantas veces parece muy lejano.
"¡Buenos días!", saludó en español, a quienes esperaban en el lugar. Allí estaba uno de los Fab Four agitando sus manos para saludar. Segundos más tarde, nuevamente el astro se volvió lejano mientras su van negra avanzaba.
Su llegada al hotel no fue captada ni siquiera por los fans mejores informados, pero eso no fue impedimento para que sus seguidores, algunos con su poleras de The Beatles, esperaran para ver si podían ver salir en algún momento a Paul. Para amenizar esa expectación, recurrieron a una de las escenas clásicas de la Beatlemanía en los 60: entonar canciones de los Beatles a las afueras del edificio donde se hospeda.
Poco es lo que se pudo ver a Sir Paul durante su primer día en el país. Sin embargo, se espera que para hoy el cantante cumpla con una agenda que incluye un ensayo a puertas cerradas en el recinto deportivo de Ñuñoa. Para la esperada jornada del concierto, McCartney realizará una prueba de sonido con público, donde sólo podrán asistir los fanáticos que compraron el paquete VIP y que aseguraron su pase para poder ver antes que todos el inicio del Freshen Up Tour 2019.
El ex Beatle vuelve por cuarta vez a Chile - se presentó anteriormente en 1993, 2011 y 2014 - y por tercera vez al Estadio Nacional para dar un concierto donde repasará la legendaria trayectoria del cuarteto, parte de su historia en Wings y su último trabajo de estudio Egypt Station (2018). Las entradas para la cita de mañana aún están a la venta. Además, se abrieron nuevas localidades en Puntoticket.