"¿A cuánta gente le gusta el reggae music?", preguntó Arder Valverde tras salir eufórico al escenario. Un masivo grupo en el Lotus Stage le respondió con gritos mientras disfrutaban del inicio de la presentación de Green Valley en Lollapalooza.
Y es que el cuarto concierto del conjunto catalán en Chile fue una verdadera fiesta tanto para los asistentes como para la banda en sí tras seis meses de inactividad, periodo en que sus integrantes aprovecharon de tomar perspectiva de su trabajo y montar el show que un par de minutos sobre las 17 horas el público pudo disfrutar.
Si bien hubo problemas de acople al menos en las primeras 6 canciones, Green Valley rápidamente hipnotizó a los seguidores del grupo gracias al carisma del vocalista, quien con el optimismo que transmitió en su discurso hizo imposible que las personas no fueran parte de la alegría.
Los españoles comenzaron con "La cura", siguieron con "Escribe tu historia" para luego hacer cantar con "La vida va", tema en el que Valverde recordó la importancia de "celebrar la vida bonita".
Con cinco discos en sus espaldas, los artistas ibéricos presentaron 16 canciones en 62 minutos de presentación -cronometrados-, tiempo en el que los espectadores participaron cantando, saltando de un lado a otro e incluso se abrazaron por petición de la banda para formar una especie de "Cumbayá" reggae.
Valverde y compañía vibran con la música, lo demuestran al nivel que horas antes del concierto se reunieron junto a sus fanáticos a guitarrear en la Plaza de la Aviación como si fuesen amigos, siendo muchos de los afortunados de ese encuentro los que volvieron a ser parte del kermés en un escenario en el que prácticamente estaban al lado de los artistas.
Green Valley cumplió con la tarea de entretener durante la primera jornada de Lollapalooza, logrando dejar una sonrisa a quienes llegaron a buscar en las letras del grupo ibérico "el camino de la luz" al ritmo del reggae y el dancehall.