Gabriel Julio Fernández Capello, Vicentico, 54 años, antes frontman de Los Fabulosos Cadillacs, la mente detrás de una playlist irrepetible, serio aspirante en la carrera para sumarse al olimpo del rock nacional argentino. Con sus credenciales, sólidas, irrefutables, se le ubicó después de Los Tres y justo antes de Lenny Kravitz, uno de los estelares de la jornada: se creía entonces que el compositor bonaerense sería uno de los éxitos indiscutibles de Lollapalooza Chile, su debut, por cierto, en el festival.

Pero no fue así.

Contrario a lo que sucediera a mitad de semana, el pasado miércoles en el Teatro Teletón, desde un inicio a Vicentico se le complicó la tarea de encender a la gran cantidad de público que llegó hasta el Banco de Chile Stage. A las 18 horas en punto, manos en los bolsillos y con semblante de despreocupación, ingresó junto a su banda para abrir con "Ya no te quiero". Le siguieron, en orden, "Bajando la calle", "Viento", "Luca", "El rey del rock 'n roll" y "El otro". Hasta allí, calcado al concierto que brindó dos días antes.

Los asistentes de este viernes, sin embargo, no eran los mismos: las reacciones tampoco. Pocos acompañaban su voz quebrada tan característica, sólo se limitaban a aplaudir tras el final de cada canción, como esperando por fin un despegue: acaso un hit de Los Fabulosos Cadillacs o alguno de sus éxitos radiales, que lograra romper con ese ambiente de conformismo.

Se sumaron, además, problemas técnicos. En la mitad del show, como ocurre en prácticamente todas sus presentaciones, cuando la banda se retira para dejarlo a solas con el público y se preparaba para interpretar una versión más íntima de "Siguiendo la luna", Vicentico debió parar: cayó en que la gente más próxima al escenario, la que se encontraba en las primeras filas, reclamaba por el sonido. A los gritos le decían que estaba muy fuerte, que se acoplaba. El argentino, que primero no los entendía, le preguntó a distintos sectores del público cómo lo escuchaban. Luego, lamentó la situación: "Qué quilombo, che. ¿Quieren que me vaya?". Continuó, pero ni siquiera el himno de su exbanda logró despertar a la multitud.

Al final, el argentino volvió a recurrir a una versión más acústica de un clásico de Los Cadillacs —"Basta de llamarme así"— que le abrió paso a "Solo un momento", canción con la que dijo adiós entre tibios aplausos.

Respecto del concierto que ofreció el miércoles en el Teatro Teletón, Vicentico prescindió de cinco de los temas más importantes de su repertorio: "Los caminos de la vida", "No te apartes de mí", "Algo contigo", "Paisaje" y "Vasos vacíos". Seguramente ésa sea una de las razones por las que su show fue tan resistido. Las redes sociales, principalmente Twitter, actuaron como una suerte de termómetro de la actuación: hubo quienes rescataron la presencia y la trayectoria del argentino. Pero la mayoría se enfocó lo que estaba a la vista: que el público nunca prendió y que él, pareciera, tampoco.