En septiembre de 2016 el Centro Nacional de Arte Cerrillos abrió sus puertas, luego de que la Presidenta Bachelet lo anunciara como la gran sorpresa en el área cultural, durante su discurso del 21 de mayo de ese año. El nuevo espacio se ubicaría alejado de los polos culturales habituales y se instalaría en el ex aeropuerto de la comuna.
Aunque partió con una gran exposición sobre el arte local desde los años 60 hasta hoy, curada por Camilo Yáñez, el centro se mantuvo durante ocho meses acéfalo antes de que la curadora Beatriz Salinas Marambio (41), ex directora de exhibiciones del MAVI, se hiciera cargo de la dirección.
Con un máster en gestión y políticas culturales del Goldsmiths College de Londres, Salinas dejó su residencia en la capital inglesa para asumir el desafío de levantar un centro nacional que ella misma definió como una combinación de investigación académica, exhibiciones y mediación con colegios de la comuna.
Un año y ocho meses después y tras ser confirmada en su cargo por el Ministerio de las Culturas, la curadora presentó su renuncia, aduciendo proyectos personales, que hará efectiva a fines de este mes. En las próximas semanas se abrirá la convocatoria para su reemplazante, y mientras "asumirá la subrogancia ejecutiva una funcionaria de carrera de la institución", dicen desde el ministerio.
La noticia de la salida de Beatriz Salinas cayó como balde de agua fría en la escena de arte: el curador y miembro del comité curatorial del centro, Sebastián Vidal, dijo que "reflejaba la fragilidad en que operan las artes visuales"; mientras que el Premio Nacional de Arte Gonzalo Díaz lo describió como "la demostración de un lugar sin proyecto cultural".
Beatriz Salinas defiende su gestión y explica su renuncia. "Cuando asumí, lo que más me interesó del cargo era armar el espacio, hacer realidad una política nacional en esta zona. Siento que ya he cumplido y que era hora de partir. Dejé varios proyectos stand by y ahora los retomaré e iniciaré otros. Viviré en Berlín y tendré proyectos vinculados con Londres", cuenta.
-¿Cuál son sus logros frente al Centro Nacional?
-Logramos definir las líneas de acción del espacio. Sé que no es un trabajo tan visible, pero es la base. Cuando asumí el centro llevaba ocho meses sin dirección y había un equipo de cuatro o cinco personas que no tenían muy claro qué hacer. Estoy muy orgullosa del equipo que formamos, que ahora es de 12 personas. También logramos vincularnos con regiones, la obra Werken de Bernardo Oyarzún está en itinerancia, y abrir el espacio a los investigadores con el traslado del Cedoc.
-¿Está de acuerdo con el carácter público del centro?
-Todos los modelos tienen ventajas y desventajas, pero el modelo internacional que más se lleva es de tres tercios: privado, público y autofinanciado. Creo que el modelo de Cerrillos debería moverse hacia una gestión como corporación cultural, con un directorio, y así se lo trasmití a la ministra.
Salinas destaca el aumento de visitas que pasaron de 17 mil en 2017 a 68 mil el año pasado, aunque la mayor parte fue generada por la exposición de Theo Jansen, Algoritmos del viento que atrajo a 48 mil personas. Este año se exhibirá la obra del destacado artista conceptual brasileño Cildo Meireles, además del trabajo de la chilena Alicia Villarreal. Una muestra de archivos con entrevistas hechas por Nemesio Antúnez en Nueva York abre el ciclo este 13 de abril. "Hay pendiente una muestra de Catalina Parra para el 2020, pero nada más agendado; creo que es algo de deferencia dejar que quien llega tenga libertad de programar", dice.
-¿Qué dice de las críticas sobre que el Centro no se ha logrado posicionar?
-El centro tiene sólo tres años y va camino a una fidelización de público. Sólo manejamos números y necesitamos un estudio de audiencia que entregue luces cualitativas de nuestro público. El ministerio trabajará en ello este año, pero que el centro está en un lugar más avanzado de cuando yo asumí es indiscutible.
-¿Piensa que Cerrillos es un buen lugar para desarrollar este proyecto?
-No cuestioné antes el lugar y no lo haré ahora. Es un gesto político que el centro esté aquí y sigo pensando que tiene mucho potencial.