De las tantas familias nobles con influencia en Poniente, los Lannister son los más relevantes desde la rebelión liderada por Robert Baratheon para derrocar a Aerys Targaryen II, alias 'El Rey Loco'.

Tywin Lannister -el padre de la familia- financiaba los grandes deudas de la corona entre acuerdos con otras casas y la fortuna familiar. Cersei se casó con el Rey Robert y -según hizo creer a todos- le dio tres hijos. Jaime, en tanto, se desempeñaba como Lord Comandante de la Guardia Real, y Tyrion leía, bebía y fornicaba con prostitutas.

Cada uno de ellos posee una inteligencia maquiavélica cuando de trata de llegar al poder, pero sus motivaciones y las reglas que están dispuestos a romper para alcanzar lo que quieren, son muy diferentes.

El padre insatisfecho y la hija despreciada

Cersei siempre se sintió como una mera moneda de cambio, y cómo no, si fue entregada en matrimonio a un hombre que no solo no la amaba, siempre extrañó con tristeza a otra mujer. La veía como un premio de consuelo.

Resintiendo que su padre solo la viera como un cuerpo fértil, que su esposo la mirara como segunda opción, y que siempre se destacara a su hermano Jaime como el merecedor de perpetuar el apellido Lannister; Cersei desarrolló una mezcla de ambición y odio que solo se apaciguaba cuando se trataba de sus hijos.

"¿Alguna vez se te ocurrió pensar que soy yo la que merece tu confianza?, no tus hijos, no Tyrion o Jaime, ¿sino yo?. Años y años de enseñanzas sobre familia y legado. La misma clase en realidad con algunos pequeños cambios. ¿Alguna vez se te ocurrió que tu hija pudo ser la única que te escuchó? Viviendo según ellas y contribuyendo a tu legado, que amas mucho más que a tus hijos", dijo Cersei en un sentido discurso a su padre.

"No desconfío de ti porque eres mujer, desconfío de ti porque no eres tan inteligente como crees que eres", fue la respuesta de Tywin.

El patriarca de la familia de leones siempre operó desde las sombras, usando a sus hijos como títeres tras la desilusión que cada uno de ellos significó para él.

A sus ojos, Cersei fue solo un medio para posicionar a su familia en el trono, pero siempre le recriminó no saber controlar a Joffrey. Jaime era el que perpetuaría su apellido y legado como primogénito y hábil espadachín, pero ser parte de la Guardia Real le impide heredar. Y Tyrion… siempre fue un ser deforme que le quitó la vida a su esposa.

No es de extrañar el desenlace de quien quería más a su legado que a sus propios hijos. Tyrion, quien más resintió la falta de cariño paternal, disparó una flecha desde una ballesta hacia su padre que, hasta el último momento, cuestionó que su hijo fuese capaz de algo digno.

Los leones que escapan a la manada

No todos los Lannister tienen una sed ilimitada de poder. Algunos persiguen motivos superiores y quedan atrapados en la red de mentiras y demencia. Jaime es el mejor ejemplo.

Desde que el matrimonio Baratheon-Lannister se tomó el poder, Jaime -Lord Comandante de la Guardia Real del Rey Aerys II- fue conocido como el 'Matarreyes' por asesinar al 'Rey Loco' por la espalda.

Siempre fue tratado en tono despectivo, como traidor a quien debía servir siempre -sobre todo por Robert-, pero no tomaron en cuenta que con aquel acto de quebrantar su juramento, salvó miles de vidas: el Targaryen en el poder pretendía quemar toda la ciudad.

En paralelo, su relación incestuosa con Cersei lo obligó a verla casada con otro hombre que criaba a sus hijos como propios, pero nunca dejó de amarla incondicionalmente, aún cuando alcanzó altos niveles de locura y crueldad.

Su cable tierra fue en primera instancia Brienne de Tarth, con quien desarrolló una relación de respeto cuando ella lo llevó de regreso a Desembarco del Rey, y su hermano Tyrion. Jaime fue el único que trató con cariño fraternal a quien todos veían como un enano, un estorbo.

"Soy el Dios de las tetas y el vino", dijo Tyrion a su padre durante su boda arreglada con Sansa Stark. Dijo con orgullo actuado lo que su padre le recriminó siempre: dedicarse a beber y fornicar con prostitutas. Pero en aquella soledad a la que su padre lo destinó, tomó también los libros como compañía.

Docto en historia, teoría bélica y política, veía desde su esquina de placeres mundanos cómo funcionaba todo a su alrededor, conocimiento que su padre y hermana siempre menospreciaron e incluso creyeron inexistente.

Derrotó al gran ejército de Stannis Baratheon utilizando las reservas de fuego valyrio, se desempeñó como mano del Rey para Joffrey -en nombre de Tywin-, hasta que fue acusado de asesinar a su sobrino. En un discurso en el que desahoga las frustraciones que siempre ha cargado -"Soy culpable de ser un enano, he estado en un juicio por eso toda mi vida"- exige juicio por combate, declarando definitivamente la guerra a su familia.

Su misma astucia le permitió huir al otro lado del mar angosto y jurar lealtad a quien considera un rival poderoso y noble para combatir los propósitos de Cersei.

Como mano de la reina Daenerys Targaryen, Tyrion cumple el propósito de estar del lado que considera "correcto" en esta lucha descarnada por el poder, pero también demostrar que ser enano no será su condena vitalicia.