Si algo ha demostrado Taylor Swift en sus 13 años en la música es que no le teme a los cambios y las volteretas. La solista estadounidense mutó de niña prodigio del country a megaestrella del pop; hizo público su voto por los candidatos demócratas en las elecciones legislativas del año pasado, luego de haber sido reacia a expresar sus opiniones políticas; y en 2017, luego de tres años enemistada con el streaming, volvió a subir todo su catálogo a plataformas como Spotify y Tidal.
Nada parece ser rotundo ni irreversible con Swift, la figura más exitosa del pop norteamericano de la última década, quien el próximo año terminará con otra verdad absoluta de su carrera, al incluir por primera vez a Sudamérica en su siguiente gira mundial, con Chile como parte de los planes preliminares de su recorrido.
Así lo ha consignado esta semana la prensa brasileña, que proyecta su visita a la región para el primer semestre de 2020, y así también lo confirman diversas fuentes ligadas a las negociaciones locales con la autora de "Bad blood".
De hecho, hoy son al menos tres las productoras chilenas que están en gestiones con el equipo de Swift para un aterrizaje en Santiago programado para marzo o abril del próximo año. Y aunque por fechas coinciden, está descartada su participación en la décima versión local de Lollapalooza, ya que la solista no incluye festivales en sus tours. Tales negociaciones se han hecho sobre una base firme, ya que su escala en Brasil está prácticamente abrochada.
Con una tarifa cercana a los 2 millones de dólares por concierto -según las mismas fuentes de las productoras locales-, la visita de la cantautora a la región pareció por años una empresa poco viable. Hasta ahora, que hay interés concreto de todas las partes para materializar una gira por varios países de Sudamérica, que además de Chile y Brasil incluiría, en principio, a Argentina, México y Perú.
Eso sí, la ecuación obliga a gestionar un recinto de alta capacidad, y uno de los lugares que se ha ofrecido para la fecha en la capital es el Estadio Nacional. Aunque algunas fuentes consultadas son más moderadas y señalan que la popularidad en el país de la cantautora es consistente, pero no tan transversal o rotunda como para repletar el coliseo de Ñuñoa.
Toda una planificación que es parte del tour promocional de su séptimo álbum, cuyo primer adelanto se espera vea la luz este viernes.