Una ganga. "Una oportunidad única en la vida para ser dueño de uno de los más grandes ranchos del sur de California, con total privacidad y abundante vida silvestre". Lo dice Suzanne Perkins, corredora de propiedades a cargo de la venta de Neverland, la gigantesca mansión del condado de Santa Barbara (Los Angeles, EE.UU.) que Michael Jackson ocupó entre 1987 y 2005. Y que hoy, a diez años de la muerte del artista, continúa a la venta, claro que por menos de un tercio de su valor original.
La propiedad que el Rey del Pop compró a mediados de los 80, y que hasta el día de hoy congrega a decenas de fans para cada aniversario de muerte del artista -como ocurrió esta semana-, volvió al mercado en los recientemente, luego de salir a la venta en 2015 por US$ 100 millones. Dos años después bajó a US$ 67 millones y ahora, ante el escaso interés de potenciales compradores, se vende a sólo US$ 31 millones.
"Habiendo vendido muchos de los grandes ranchos de la costa sur de Santa Barbara, puedo decir sin dudarlo que este es uno de los más espectaculares que se pueden encontrar", comentó Perkins a la prensa inglesa, ante el interés que ha vuelto a generar la propiedad construida en 1977, conocida en ese entonces como Zaca Laderas Ranch. Jackson la conoció gracias a Paul McCartney, que se hospedó allí durante la grabación del videoclip de Say, say, say, y tras adquirirla por cerca de US$ 19 millones, cambió su nombre a Neverland, la isla ficticia de Peter Pan donde los niños no crecen.
En sus días de apogeo, la mansión, que el solista mostró ante las cámaras en 2003 (para el documental Living with Michael Jackson), incluyó un parque de diversiones con una montaña rusa, dos locomotoras a vapor y hasta un zoológico. Fue también la casa de Bubbles, el célebre chimpancé que "Jacko" compró en los 80 y que hoy con 36 años vive en un santuario de primates de Florida.
Ahora, el lugar ha vuelto a las portadas, pero no por su impacto en el mercado. Por el contrario, la falta de interés de potenciales compradores se explica en que en ese lugar ocurrieron la mayoría de los supuestos abusos a menores de los que se le acusa al fallecido del Rey del Pop, incluyendo los dos casos que presenta el documental Leaving Neverland, estrenado este año en HBO.
Además de Wade Robson and James Safechuck, protagonistas del filme, otros tres hombres han acusado al cantante de abusos que este habría cometido en Neverland, donde el artista solía invitar a niños a jugar y en ocasiones, pasar la noche con él. Todo esto, en la mayoría de los casos, con el visto bueno de los padres de los menores. Jackson admitió en su momento haber compartido su cama con niños, pero negó las acusaciones y la justicia no pudo probar lo contrario mientras éste vivió.
Pese a esto, el autor de Thriller abandonó la mansión tras el juicio de 2005 por cargos de abuso sexual de menores, del que finalmente resultó absuelto. Neverland se había transformado en una escena del crimen y fue investigada e inspeccionada a fondo por la policía californiana, por lo que el solista prometió que nunca volvería allí. Nunca jamás. Y así lo hizo: cerró la propiedad y ésta se puso en venta en en 2008, un año antes de la muerte de Jackson en su nueva mansión de Holmby Hills, en Los Angeles.
Hoy, el lugar está a la venta bajo el nombre de Sycamore Valley Ranch, y aunque los animales del zoológico y el parque de diversiones desaparecieron en 2009 y fueron reemplazados por jardines y áreas de meditación, los encargados de su venta aseguran que el rancho mantiene su estructura y el resto de sus instalaciones, como las piezas, una laguna privada, una cancha de tenis y una sala de cine, entre otras. Los fans del Rey del Pop siguen encontrando allí su lugar de peregrinaje, en especial cada 25 de junio, tal como ocurre con los seguidores de Elvis Presley y sus visitas a Graceland.
De acuerdo a la prensa estadounidense, las casas que han sido lugar de delitos mediáticos -con o sin condena de por medio- se denominan "propiedades estigmatizadas" y generalmente se venden entre un 15 a un 25 por ciento por debajo de su valor de mercado. En el caso de Neverland, la caída alcanzó un 70%, aunque según Esquire esto responde a "una desaceleración general en el mercado de bienes raíces de alto nivel".