Ese día llovía con la intensidad habitual de las lluvias del sur de Chile. Era 6 de noviembre de 2010 y el Teatro del Lago se inauguraba tras 12 años de construcción, a las orillas del Lago Llanquihue. "Dicen que es augurio de abundancia, y así ha sido", dice hoy Carmen Gloria Larenas, directora artística del Teatro del Lago.

Con un presupuesto anual que bordea los US$ 2 millones para su área artística, el Teatro del Lago gestiona una destacada programación, que ha tenido a figuras de nivel mundial como el violonchelista Yo-Yo Ma y la soprano Sonya Yoncheva, así como los proyectos educativos de su Escuela de las Artes, donde participan 400 niños y jóvenes. Una vocación educativa que se plantearon desde los inicios del proyecto.

"Está en el corazón del teatro. Con los años ha sido importante poner énfasis en la importancia que tiene para nosotros contactar a grandes artistas internacionales con la comunidad educativa. Hemos ido profundizando con el tiempo esa labor", afirma Larenas.

El próximo año el Teatro del Lago cumple una década. Desde 2018 preparan la temporada 2020, que festejará el aniversario de uno de los polos culturales del sur de Chile. "Queremos que refleje lo que ha sido el camino de Teatro del Lago en estos años, tanto en lo artístico como en lo educativo. Habrá grandes nombres y proyectos con los que queremos sorprender, convocar e inspirar", cuenta Larenas.

¿Qué balance hace de la labor realizada durante este tiempo?

Hacemos un balance positivo porque hemos logrado recorrer un camino consistente respecto a temas que fueron importantes para el teatro desde el comienzo: la calidad artística, ser capaces de generar una labor educativa, y transformar el teatro en algo que fuera mucho más. Hemos logramos levantar una voz respecto de la importancia de la educación artística y demostrar que el teatro no es para nosotros un centro de eventos, sino que un centro para proponer contenido. Hemos sido capaces, también, de superar los desafíos que propone un espacio que está en el sur del mundo, muy lejos de todos los centros culturales. Los teatros son organizaciones complejas en todas partes del mundo, y creo que hemos sabido ser flexibles, hemos sido capaces de mejorar propuestas y darnos cuenta cuando hay buenas oportunidades.

¿Qué dificultades han enfrentado?

El mayor desafío ha sido demostrar que es posible desde regiones inspirar a otros. Desde el mundo de la cultura siempre hablamos del valor de la cultura; el día que otros tomen la bandera de la cultura, ahí vamos a haber dado un paso adelante porque somos siempre nosotros los que estamos poniendo el tema sobre la mesa. Los desafíos tienen que ver con una estructura de financiamiento que ojalá sea diversa, que te permita estar conectado con el mundo privado y ojalá también con el mundo público. En el caso nuestro tenemos desafíos demográficos, climáticos, pero también eso hace que el teatro sea especial y lo sabemos porque a nivel internacional el teatro tiene un prestigio.

Su presupuesto debe cubrir programación y la Escuela de las Artes ¿cómo manejan esa gestión?

Lo más importante de entender es que los espacios culturales son sustentables principalmente en lo social. Dicho eso, cualquier espacio cultural en el mundo tiene un desafío de financiamiento importante y lo que hoy uno ve son financiamientos diversos, una mezcla del mundo público con el privado. Lo importante es mantener una línea editorial. Nosotros nos preocupamos que cualquier otra actividad que se haga en el teatro, que no sea artística o educativa definida por nosotros, respete ciertos temas importantes. Se pueden arrendar muchos espacios, pero un espacio con sentido y con contenido como es el Teatro del Lago ha hecho que cada vez más empresas de distinto orden quieran sumarse a lo que hacemos. Pienso que hemos sido coherentes en estos 10 años en entender que ser congruentes en el contenido no significa cerrarse a otras experiencias.

¿Cómo han trabajado para posicionar el Teatro del Lago a nivel internacional?

Siempre estuvo presente la importancia de tener un nivel de gestión altísimo desde todo punto de vista. Queremos que cada visita al teatro sea una experiencia. Nosotros no estamos en la cultura del evento, queremos apuntar a la experiencia en general, educativa y artística de calidad. La idea es que la escuela con el tiempo se transforme en una cantera de talento nacional. Chile es un país que está lejos de todo, entonces si uno no tiene un buen posicionamiento internacional y un proyecto que sea atractivo, es muy difícil ser relevantes al momento de buscar alianzas que permitan nuevas oportunidades para el talento local.