El martes 16, cuando se entregaron las nominaciones a los premios Emmy, los títulos y nombres que se esperaban aparecieron ahí. Game of thrones, Better call Saul, Sandra Oh, Julia Louis-Dreyfus, Jared Harris...
Pero quien haya mirado con detención las nominaciones de comedia en sus categorías más importantes, probablemente se encontró con un título que no sólo nunca antes había visto, sino que ni siquiera le sonaba. La serie canadiense Schitt's Creek, compitiendo por ser la Mejor Comedia contra Barry, Fleabag, The good place, The Marvelous Mrs. Maisel, Russian doll y Veep. Y también postulando en las categorías de Mejor Actriz de Comedia con Catherine O'Hara (la mamá de Kevin en Mi pobre angelito y de Lydia en Beetlejuice) y Mejor Actor de Comedia con Eugene Levy (el papá de Jim en American pie). Dos intérpretes que están dentro de la realeza cómica de Canadá.
Para cualquiera que la haya visto, probablemente la reacción a las nominaciones fue algo como un "por fin", porque esta serie de la que poco se ha hablado en gran parte del mundo lleva cinco temporadas y cuatro años de gran humor. La razón de este tardío reconocimiento es que estaba en un pequeñísimo canal en Estados Unidos, pero cuando la sumaron a su catálogo de Netflix, el boca a boca y los críticos se encargaron de hacerla notar. ¿Y por qué no sabemos de ella en Chile? Por la simple razón de que para verla legalmente no hay más opción que comprarla en formato físico, algo que realmente puede valer la pena.
La premisa de la comedia, al igual que su nombre, dan para pensar que es una sitcom tonta y sin muchas ideas: gira en torno a los Rose, familia compuesta por los padres (O'Hara y Levy) y sus hijos, Johnny (David Levy) y Claire (Annie Murphy). Son un clan multimillonario y absolutamente desconectado de la realidad y de ellos mismos, que en los primeros minutos de la serie se entera que fueron estafados y que lo perdieron casi todo. Lo único que les queda es un pueblo que el patriarca compró para su hijo como un chiste, porque le pareció divertido el nombre (Schitt's Creek), por lo que la familia tiene que partir a vivir ahí, en dos piezas de un motel que se cae a pedazos.
A los pocos capítulos uno se da cuenta que la comedia propone más que el clásico choque de mundos y chistes de niños millonarios que no saben cómo vive el 99% restante. Para empezar, los Rose están a un nivel superior de inconsciencia respecto de cómo piensa y actúa la gente "normal" y además nunca se disculpan por eso. Son orgullosos (o ignorantes) de sus excentricidades, ridiculeces y modos, que llegan al extremo de lo absurdo, en el mejor sentido del término.
La serie creada por Eugene y David Levy -padre e hijo en la vida real- también cuenta con actuaciones comprometidas y fantásticas, partiendo por el cuarteto central y sumando a otro rostro conocido: Chris Elliott (Loco por Mary, El día de la marmota). Junto con esto tiene un gran equilibrio entre una premisa simple y conocida, con personajes y pequeñas tramas que se alejan totalmente de lo común, aunque sin nunca dejar de ser una comedia liviana, familiar y con momentos de sincera emoción.
Quizás estas nominaciones al Emmy sirvan para que Schitt's Creek llegue a más territorios y gane la notoriedad que se merece antes de su reverencia final, ya que está anunciado que su sexta temporada será la última. Sin duda esta pequeña gran serie se lo merecería.