El fiel soldado: la figura de Roberto Fernández Retamar en Cuba

El poeta murió el sábado, a los 89 años. Voz oficial de la cultura cubana, presidió por más de tres décadas la Casa de las Américas y redactó la carta contra Pablo Neruda cuando el chileno fue invitado a Nueva York en 1966. El Nobel lo llamó el "Sargento Retamar".


Siendo un veinteañero entrevistó a Ernest Hemingway como redactor de la revista Alba. Y hace casi una década, en 2008, acompañó al poeta chileno Gonzalo Rojas, quien recitó sus versos como invitado especial al premio Casa de las Américas, en La Habana. Entonces, Roberto Fernández Retamar llevaba dos décadas como presidente de la Casa de las Américas, institución cultual ubicada en el Vedado.

Nacido en La Habana, en 1930, Roberto Fernández Retamar fue un fiel representante de la revolución cubana que lideró Fidel Castro en la isla desde 1959 a 2008. Además, de poeta y ensayista Fernández Retamar fue diputado de la Asamblea Nacional, integrante de la Academia Cubana de la Lengua y miembro del Consejo de Estado. El pasado sábado el escritor, quien padecía de Parkinson, falleció a los 89 años.

"Hay luto en la casa de la intelectualidad latinoamericana, en Cuba y en Nuestra América. Retamar ha muerto. Abrazo sentido a su hija Laidi y a toda su familia de sangre y de la Casa de las Américas", apuntó el sábado en Twitter, Miguel Díaz-Canel, el actual presidente de Cuba, haciendo referencia a su hija doctora, Laidi Fernández de Juan (58), también escritora.

Fernández Retamar tuvo una nutrida formación dentro y fuera de la isla. Se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de La Habana, en 1954. Luego hizo estudios de posgrado en París (Francia) y Londres (Inglaterra). A fines de los 50 fue profesor de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.

A los 20 años publicó su primer poemario, Elegía como un himno, a la par colaboró en la revista Orígenes, y fue director de la Nueva Revista Cubana. A la llegada del poder de Fidel Castro, en 1959, comenzó a asumir cargos públicos. Designado por la revolución como consejero cultural de Cuba en Francia (1960), luego fue secretario de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y codirigió hasta 1964, junto a Nicolás Guillén y Alejo Carpentier la revista Unión. En fotografías se le puede ver con Julio Cortázar, García Márquez, Eduardo Galeano, Ernesto Cardenal, Mario Benedetti, y también siendo condecorado por Fidel y Raúl Castro. Era un funcionario ejemplar.

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Con Fidel y García Márquez.

Fernández Retamar junto a Fidel Castro y García Márquez.[/caption]

Con 21 años publicó su segundo poemario Patrias y alcanzó el Premio Nacional de Poesía. Llevó a imprenta más de 20 libros de versos y en prosa editó Calibán y otros ensayos (1971). El volumen Nosotros los sobrevivientes apareció por el sello nacional Lom Ediciones, en 2010. Es una antología poética preparada por el autor y por el estudioso local Naín Nómez.

"Como poeta no fue tan importante, pero fue parte de una promoción que, como dice Nicanor Parra, bajó a los poetas del Olimpo, con una escritura coloquial y exteriorista. Fernández Retamar fue un poeta siempre comprometido y en eso a veces se equivocó como muchos otros", señala hoy Nómez.

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El volumen Nosotros los sobrevivientes

El volumen

Nosotros los sobrevivientes

, Lom Ediciones, 2010.[/caption]

Antiguas disculpas

En Twitter el poeta fue despedidos por los presidentes Evo Morales ("Nuestras luchas, nuestras revoluciones no son nada sin el apoyo de la cultura. Enviamos nuestras condolencias al pueblo cubano y familiares de Roberto Fernández Retamar") y Nicolás Maduro ("Un poeta excepcional y uno de los más grandes de la cultura cubana").

Durante la década del 60 el vínculo de Fernández Retamar con el poder castrista fue mucho más evidente. Un hito que marcó a los escritores de habla hispana fue la "Carta abierta a Pablo Neruda". En junio de 1966 el autor de Residencia en la Tierra viajó junto a Matilde Urrutia a Nueva York (EEUU) para participar como invitado de honor en la Reunión del PEN Club Internacional. Semanas después asistió a la Biblioteca del Congreso, de Washington, para grabar una selección de su poesía para el Archivo de la Palabra. Pero "Carta abierta a Pablo Neruda" apareció el 31 de julio de 1966 en el periódico cubano Granma, criticando el viaje del poeta chileno a EEUU.

"El pueblo sigue hambriento, asfixiado, aspirando a una igualdad social, a una educación, a un bienestar material y a una dignidad que no le dará ninguna declaración en Life. Se puede ir a Nueva York, desde luego, a Washington si es necesario, pero a luchar, a plantear las cosas en nuestros propios términos, porque ésta es nuestra hora y no podemos de ninguna manera renunciar a ella", apuntaba la misiva firmaba por más de 100 artistas. Entre otros nombres estaba Alejo Carpentier, Nicolás Guillén y Miguel Barnet. Uno de los redactores de la carta fue Roberto Fernández Retamar.

El autor de libros como Revolución nuestra, amor nuestro de nuevo estuvo tras las críticas a otro poeta chileno. En abril de 1970, Nicanor Parra, en plena Guerra Fría, asistió al Festival Internacional de Poesía organizado por la Biblioteca del Congreso en Washington. Ese año Parra había sido invitado como jurado del Premio Casa de las Américas, en Cuba. La invitación fue retirada luego que Parra apareció en la prensa compartiendo una taza de té, en la Casa Blanca, con Pat Nixon.

"Fernández Retamar es de los pocos intelectuales que siguieron fieles al ideario de la Revolución Cubana desde sus inicios. El resto murieron, se exiliaron o desaparecieron en el silencio de sus casas", comenta ante la muerte del escritor, Patricio Fernández, autor del libro Cuba: viaje al fin de la revolución (2018). "Con Retamar se va otro más de los miembros de la generación de Fidel. A estas alturas sobreviven Raúl Castro, Ramiro Valdés y un par de nombres más. Sus nietos y bisnietos ya sueñan con una Cuba muy distinta a la que ellos soñaron en 1959", agrega.

La relación de Fernández Retamar con Chile fue extensa. Había estado por primera vez en 1972 invitado por la Sociedad de Escritores de Chile. "Esta me hizo su miembro honorario", señaló entrevistado en 2007 por la revista Punto Final. "Naturalmente, durante la dictadura de Pinochet nuestros vínculos con chilenos que permanecieron en el país fueron escasos. A pesar de lo cual tales vínculos no desaparecieron del todo", comentó.

En 2007 regresó como jurado del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. El galardón lo obtuvo la poeta cubana Fina García Marruz. Sin embargo, la figura de Fernández Retamar no pasó inadvertida. Entonces se reabrieron antiguas heridas. Hernán Loyola, estudioso y biógrafo nerudiano, dijo al diario El Mercurio: "Neruda se merece las disculpas de Cuba".

Hoy recuerda Naín Nómez: "Fue siempre muy grato y placentero, porque conversamos en distintos momentos sobre literatura latinoamericana, cultura y política. Cuando fui jurado del Premio Casa de las Américas en 1994, le hice una larga entrevista. Durante esas largas conversaciones, él reconoció que se había equivocado en esa ocasión que firmó la carta contra Neruda y lo atribuyó a su juventud y entusiasmo por la revolución cubana".

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Junto a Gonzalo Rojas.

Fernández Retamar junto al poeta chileno Gonzalo Rojas.[/caption]

Opinión

Mitología revolucionaria

Néstor Díaz de Villegas*

(Ensayista cubano. Reside en Los Ángeles, California)

Calibán ha muerto. No fue el salvaje del que nos habla la mitología revolucionaria, sino un intelectual latinoamericano de cuello y corbata educado en Londres, París y Nueva York. Su monstruosidad es una idea falsa concebida en los cenáculos habaneros y difundida a través de alianzas políticas, revistas sectarias y cartas difamatorias. Un salvajismo sofisticado, no apto para aborígenes.

La Revolución Cubana se aprovechó de la brutalidad de los estetas, mientras que sus guerrilleros fueron apenas el motivo folclórico de una batalla perdida. Pero la Batalla de Ideas se ganó. Casa de las Américas fue un Comité de Actividades Anti-Americanas en versión tropical, y una Gestapo con seis décadas de Historia a su disposición. Esa extensión temporal obró a favor de Calibán.

Los periódicos sudamericanos, con su habitual jingoísmo, hurgarán de nuevo en la carta a Pablo Neruda, aunque sin mencionar que el monstruo autorizó la quema de los diarios de campaña de Fermín Valdés Domínguez, el amigo de José Martí, en el patio de la Universidad de La Habana. Los sudamericanos repetirán que Jorge Luis Borges fue el típico intelectual reaccionario, y que el Goebbels de Castro sirvió una causa justa y progresista. Esa transvaloración de valores es el legado intelectual de Calibán.

*Autor del libro De donde son los gusanos: Crónica de un regreso a Cuba después de 37 años de exilio. Vintage Español, 2019.

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