Nicolás Pablo Muñoz Rivera, el joven de 20 años rebautizado como Boy Pablo, cuenta que desde pequeño admiró a los Beatles.

"Yo veía que ellos hacían conciertos muy grandes, pero de verdad nunca imaginé que iba a pasar algo así conmigo", dice a La Tercera el pasado viernes, sentado en uno de los camarines habilitados en el festival Lollapalooza de Chicago, luego que precisamente un trozo de su vida se emparentara en algo con la de los Fab Four: ese día, su proyecto musical juntó a cerca de 10 mil personas en uno de los escenarios más relevantes del evento que culmina hoy y que también tiene en su lineup a The Strokes, Ariana Grande, Tame Impala y J Balvin, entre muchos otros.

De hecho, fue un éxito al cubo, ya que cantó multiplicado por tres: en una de las tarimas centrales, después en otra más pequeña sponsoreada por una marca de autos y cerca de la medianoche en un club fuera del recinto.

"Se ha dado todo de modo demasiado rápido, de verdad esto es como un sueño", define en torno a uno de los ascensos más efervescentes del indie actual, que en abril también lo tuvo en Coachella, otro de los festivales mayúsculos de la temporada.

Pero cuando era pequeño, Boy Pablo no sólo oía historias de John, Paul, George y Ringo; también escuchaba historias de Chile. "Me hablaban de las cosas que hacían mis tíos, mis abuelos. También de los partidos de la selección en el Mundial o en la Copa América", rememora.

Muñoz es hijo de dos profesores chilenos que en 1988 partieron a la ciudad noruega de Bergen a explorar un nuevo destino.

Ahí nació, creció vinculado a la música que escuchaba su familia ("mucho de la Nueva Ola, Los Red Juniors, Los Iracundos", describe con certeza histórica y un tropezado español) y hace muy pocos años formó junto a sus amigos de escuela el conjunto con el que ya cuenta fechas por todo el planeta, un magnético debut (Soy Pablo, de 2018) y un single (Everytime) que irrumpió con fuerza irrefrenable en YouTube.

https://www.youtube.com/watch?v=Lzi7ljJiLJQ

Todo gracias a un video registrado en su ciudad natal, a orillas de un río, vistiendo ropa despreocupada y donde establecen una fórmula hilvanada entre guitarras de reminiscencia playera y melodías afables, como si no se tratara de jóvenes nacidos al filo del mapa y en una de las latitudes más frías del planeta.

"Eso lo veo como una ventaja", admite el cantautor. "Me gusta darle humor a mi música y que la gente se entretenga, hago muchas canciones pa lesear", describe apelando a un innegable chilenismo. Luego sigue: "Me han dicho que la gente no ve tantos grupos alegres en el escenario como nosotros. Casi todos se paran a tocar solos y se ven tristes. Lo nuestro es otra cosa, es como una reacción al clima de Noruega, donde llueve todo el año, cae nieve y hace mucho frío. Es una forma de contraponernos a eso".

En mayo de 2017, ese registro grabado a contramano con la geografía fue utilizado por YouTube para precisamente probar un nuevo algoritmo de recomendación de videos. La producción alcanzó cerca de seis millones de visualizaciones en un par de días –hoy acumula 22 millones- e hizo despegar una carrera hoy en pleno vuelo. A partir de ahí, vinieron los fans, las entrevistas, las oportunidades para grabar y los telefonazos para participar en festivales de la primera línea.

¿Cómo explica este salto tan rápido hacia la escena indie más global?

Sabes, no tengo idea. En 2017 había una ola de artistas como yo, que tocan el mismo tipo de música: indie pop, indie rock. No sé por qué, pero nuestras canciones fueron canciones que sirvieron para los jóvenes que venían ahora, que son menores que nosotros. Y bueno, nuestro video de alguna manera llegó muy bien al público.

A través de YouTube, que supongo la considera una herramienta fundamental de su carrera.

Claro, a través de YouTube. Tengo un mánager que es un amigo muy bueno mío, y de repente empezaron a llegar un montón de emails y no sabíamos por qué, y entre esos habían contactos de booking que querían trabajar con nosotros. Hemos hecho contactos con ellos y de esa manera hemos trabajado para llegar hasta lugares como Lollapalooza. Definitivamente hoy la música se consume de esa manera. Internet tiene un poder impresionante. Estamos viviendo un tiempo de streaming que es totalmente diferente a lo que hemos conocido antes.

Pese a utilizar estas nuevas vías de difusión, usted ya tiene un EP y un disco. O sea, igual cree en la vieja escuela de las obras musicales completas más que en los singles.

Sí, sí. A mí antes me gustaba sacar puros singles, porque es lo que pega más en la radio y es más fácil. Pero también me gusta el pensamiento old school de sacar un álbum y mostrar como una suerte de historia en un disco.

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Boy Pablo.[/caption]

Hielo y viajes

Cuando Boy Pablo disecciona su música, sigue subrayando el concepto de "canciones con humor sarcástico". Algo de eso hay cuando se lo ve en vivo: energía a tope, risotadas disparadas en distintas direcciones y un buen gusto tanto por la melodía como por ciertas texturas bailables.

Pero cuando está bajo el escenario, la ambición humorística es aún más elocuente. Con sus compañeros de grupo, casi todos noruegos, juega a tirarse hielos en el backstage y a hacerse tatuajes ridículos en espaldas, brazos y pecho. Uno de ellos, de duro acento nórdico, hasta le dice que le escriba "Livin la vida loca" en su antebrazo derecho. Muñoz sólo sonríe.

¿Siempre quiso dedicarse a la música?

Sí, porque mi familia es muy musical. Mi papi toca todos los instrumentos del mundo (ríe). Él hace música, mi mamá canta, mi hermano y mi otro hermano hacen música y mi hermana canta, así que fue como natural empezar a tocar la guitarra, la batería. Mis hermanos me enseñaron a tocar, porque yo soy el menor y ellos me mostraron música como Los Beatles, también música latina, de todo un poco.

O sea, nunca pensó en hacer otra cosa.

Pensé en estudiar. Quería estudiar Sociología

Qué denso.

(Ríe) Sí, muy distinto. Pero ya no, me arrepentí.

Qué bien para tus fans. Y sobre todo para usted, imagino.

(Ríe) Sí. Quise dedicarme solo a la música, justo ahora sí. En el futuro a lo mejor estudio algo, estudio para ser profesor o cualquier cosa, pero justo ahora estoy en la música.

¿Qué tan chileno se siente? Usted habla un español muy chileno, usa chilenismos y su familia aún está muy conectada con lo que sucede allá.

Sí, o sea, he visitado Chile harto, fuimos harto cuando yo era chico. Pero cuando estoy en Chile me siento noruego; y cuando estoy en Noruega me siento chileno. No sé muy bien cómo explicarlo.

¿En qué puede notar sus raíces chilenas o latinas?

Porque tengo un color diferente a los de Noruega o puedo hablar español. O cuando hay un Mundial siempre estamos con papi viendo la tele.

De hecho, en 2018 se presentó en algunos puntos de la gira con una camiseta de la Selección Chilena de Francia 98.

Si po, con la número 9 de Zamorano. Esa camisa es de mi hermano, me la prestó.

Boy Pablo no va a Santiago desde 2009, cuando anduvo de vacaciones, pero esta vez la espera será breve: se presentará por primera vez en el país el 16 de noviembre en el centro de eventos Blondie. Será su primer cara a cara con una audiencia que, pese a la distancia, siente familiar.

"Seguramente que va ir mi familia y eso va a ser una cosa muy grande para mí, como yo no los veo desde hace harto tiempo. Va a ser especial, porque es Chile, mis papás siempre me cuentan de Chile, esto pasó en Chile, esto le pasó al tata, esto le pasó a la tía, va a ser una cosa bien especial para mí".

¿El show será similar a lo que mostró en Lollapalooza?

Va a ser un poquito diferente, porque en los festivales nos gusta hacer a la gente bailar. Eso también lo vamos a hacer en Chile, pero va a ser un poquito más personal. Voy a tener más tiempo, puedo hablar con la gente, contar de mis canciones, más que lo que hice aquí. Y vamos a hacer un show más largo también.

Pese a haber pasado por uno de los eventos más relevantes del mundo, el músico no oculta sus ganas de bajar a Santiago y de decir presente en una tierra tan cercana. De hecho, al empezar esta entrevista, le habla a su hermano mayor –presente en el lugar y que oficia como su vocero- para que esté atento: "Dile a mi papi que me están entrevistando para La Tercera. Siempre la lee por internet. ¿O no lo decimos para que sea sorpresa?".