El desafío de este año es salir a la calle y encontrarse con las personas. Creada por el Colegio de Arquitectos en 1977, la Bienal de Arquitectura y Urbanismo vuelve a Santiago luego de dos ediciones en Valparaíso (2017 y 2015). "Tenemos mucha conciencia de que las bienales son súper alejadas de la gente, de quienes no son arquitectos", dice Joaquín González, parte del equipo curatorial de la edición número XXI del encuentro que, bajo el nombre Feria Libre de Arquitectura, se realizará entre el 3 y el 27 de octubre en el Barrio Franklin.
El Persa Víctor Manuel, el Galpón de los Vacunos del Matadero y el Teatro Huemul serán los puntos donde se concentrarán las principales actividades del evento, que serán anunciadas próximamente. También habrá 62 carros móviles que se instalarán en los recintos y en las calles del barrio, que exhibirán contenido de la muestra.
"La razón por la que estamos en ese barrio, es porque es el piloto de regeneración de barrios históricos del Minvu. Entonces, lo que queremos mostrar también son buenas maneras de hacer regeneración urbana", cuenta González.
En ese contexto, y con un fondo de 68 millones de pesos otorgado por el Ministerio de las Culturas, la Bienal de Arquitectura gestionó pintar 90 fachadas del Barrio Huemul, declarado Zona Típica en 2016. Viviendas, locales comerciales, colegios e iglesias ubicadas en el cuadrante conformado por las calles Placer, Lord Cochrane, Franklin y Nataniel Cox fueron beneficiadas. El proyecto se desarrolla en conjunto con la Municipalidad y la Corporación de Desarrollo de Santiago (Cordesan).
La renovación del Teatro Huemul, construido entre 1914 y 1971, es otro de los proyectos desarrollado en el contexto de la bienal. Con una inversión de 8 millones se arregló la techumbre, deteriorada por el paso del tiempo. "Esto va a solucionar problemas que tenía el teatro con respecto a su deterioro interior, que provenía de las filtraciones", explica Priscila González, coordinadora de la Cordesan.
Lo común y corriente
"Uno de nuestros diagnósticos es que hay una arquitectura chilena que se posicionó a nivel mundial por viviendas de muy alto estándar, con arquitectos de prestigio internacional, y a la vez, por viviendas sociales de muy alta calidad", explica Joaquín González. "Pero la pregunta es quién construye la arquitectura que está entremedio", añade el curador sobre la línea editorial de esta bienal.
La convocatoria de este año invitó a reflexionar en torno a esa pregunta. Así llegaron 543 postulaciones de obras desde todo Chile, de las que se seleccionaron 89. Entre ellas destacan centros culturales, escuelas, bibliotecas y viviendas. En la categoría de proyectos hubo 58 seleccionados, mientras que se escogieron también 20 investigaciones y 83 publicaciones.
Como parte de las actividades previas al encuentro se han realizado consultas ciudadanas en el Barrio Franklin, con el fin de discutir en torno al concepto de la arquitectura "común y corriente", y así conocer los temas de interés de los vecinos. "Queremos que la gente perciba que la arquitectura es una cosa que es parte de la cultura cotidiana", concluye Humberto Eliash, presidente del Colegio de Arquitectos.