De sus 169 minutos de duración, sólo 9 tienen diálogo y está hablado en una lengua inventada: una suerte de esperanto del Este europeo que mezcla checo, ruso y alemán. Tampoco hay música, pues según su director a una película de estas características no le es necesaria. El sonido ambiente habla por todos en El Pájaro Pintado, el largometraje del realizador checo Václav Marhoul (1960) que este martes se presentó en el Festival de Venecia. Desde ya y de acuerdo a las reacciones de la crítica es una de las favoritas a quedarse con el León de Oro, que se entrega este sábado en la ciudad italiana.
El Pájaro Pintado es apenas la tercera película del director Václav Marhoul en los últimos 16 años y entre ésta y la anterior, Tobruk, pasó más de una década. Se trata de un realizador ambicioso y con cierta preferencia por las fuentes literarias (sus anteriores largometraje se basaban en obras de Raymond Chandler y Stephen Crane) y ahora decidió convertir las 160 páginas de la novela homónima del escritor polaco-estadounidense Jerzy Kosinski (1933-1991) en un fresco del horror bélico de dos horas y 49 minutos.
El filme, de una violencia poco habitual, no dejó a nadie indiferente: en el diario especializado The Hollywood Reporter lo calificaron como un "emocional gancho al estómago de tres horas de duración" y The Guardian dijo que era un "tour salvaje y ardiente por el infierno". El crítico del citado periódico británico, Xan Brooks, ponderó además el efecto que la obra tuvo en él a través de un elogio que no deja de ser una advertencia a los futuros espectadores: "Puedo decir sin vacilar que ésta es una monumental pieza de arte y que estoy feliz de haberla visto. Pero también debo aclarar que espero no volver a cruzarme en su camino".
La mayoría de las opiniones en la Mostra italiana de cine coinciden en que El Pájaro Pintado es una cinta de primer nivel, pero al mismo tiempo hay coincidencias en que no cualquier estómago puede digerirla: varios espectadores se salieron de la sala en su primera función. Protagonizada por un niño sin nombre (el actor checo con ascendencia gitana Petr Kotlar, de 9 años), la película describe el largo y martirizante peregrinar de un muchacho judío durante la Segunda Guerra Mundial. Después de ser dejado por su familia al cuidado de una mujer católica, el chico enfrenta la primera de sus muchas tragedias: la buena señora muere y queda a la deriva. Accidentalmente incendia la casa en que vivía y luego es hostilizado por otros niños de mayor edad.
Lo que viene será un calvario: es considerado una especie de vampiro por los supersticiosos pueblerinos católicos del pueblo más cercano, se transforma en esclavo de una perversa doctora local, alguien que no gusta de su rostro lo lanza a un río, cae en las manos de un molinero sádico y con celos enfermizos (Udo Kier), se escapa sólo para ser el objeto de las torturas de un pedófilo (Julian Sands) o se transforma en el juguete de una ninfómana (Jitka Cvancarová). Entre los pocos personajes con cordura en medio de esta ordalía están un soldado alemán (Stellan Skarsgard) y un sacerdote (Harvey Keitel).
A pesar de la presencia de estos actores internacionales, El Pájaro Pintado descansa fundamentalmente en el trabajo del actor infantil Petr Kotlar, portador de la cruz del drama durante toda la historia. El realizador, al presentar el filme en el Festival de Venecia, afirmó que le tomó nada menos que nueve años de trabajo y que la trama del pequeño vagabundo en tiempos de guerra podía aludir directamente a la suerte de los actuales inmigrantes en Europa.
Historia de un plagio
Además de la dirección de Václav Marhoul, la actuación de Kotlar y el trabajo de fotografía de Vladimir Smutný, la película se vale de una gran historia, aparecida por primera vez en 1965 en la novela del escritor polaco naturalizado estadounidense Jerzy Kosinski. Ganador del National Book Award entre otros galardones importantes, Kosinski tuvo su época de gloria a fines de los años 70, cuando su novela Desde el Jardín (1970) fue adaptada al cine por Hal Ashby (Regreso sin Gloria) con guión del propio escritor y actuación protagónica de Peter Sellers. Desde el Jardín era la historia de un jardinero que súbitamente y por equivocación se transformaba en un consejero de la alta sociedad.
Por la misma época, Kosinski actuó en la superproducción Reds (1981), de Warren Beatty. Un año después de aquella película, Kosinski (cuyo nombre de nacimiento era Józef Lewinkopf), fue acusado de plagio en la revista Village Voice, donde se indicaba que Desde el Jardín era la actualización a Estados Unidos de una vieja novela de 1932 llamada The career of Nicodemus Dyzda, del polaco Tadeusz Dołęga-Mostowicz. Posteriores investigaciones también comprobaron que El Pájaro Pintado, presentada en principio como autobiográfica, era en realidad una recolección de historias contadas por conocidos a Kosinski, que en los años de la guerra permaneció seguro en la casa de una familia católica.
Aquejado de una enfermedad cardíaca y atormentado por las acusaciones de plagio, el escritor se suicidó el 3 de mayo de 1991. En la conferencia de prensa de presentación de El Pájaro Pintado, el director Vaclav Marhoul reconoció que el carácter autobiográfico de la novela era falso, pero al mismo tiempo afirmó que el poder de su historia seguía siendo imbatible.
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