Hay voces que entran por los oídos y retumban en los torsos de sus oyentes, gritos y melodías apacibles que gozan de una sinceridad inquebrantable, reflejo de anhelos esperanzadores y romances de juventud. Artistas como Aretha Franklin cautivaron a su público con canciones por los derechos civiles y la lucha por la igualdad de género, mientras que otras como Sister Rosetta Tharpe entregaron un mensaje que sirvió de guía para las personas que se sentían extraviadas, en busca de un camino hacia la salvación. Si bien, el ascenso de los géneros góspel y soul hacia la popularidad mediática debe su origen al siglo pasado, la generaciones posteriores no se quedan exentas de referentes culturales que mantienen esta influencia.

En abril de 2012, Alabama Shakes público su primer álbum de estudio, titulado Girls and Boys. No fue de extrañar que aquel grupo de jóvenes que solía ensayar después de la escuela recibiera comentarios positivos por parte de la crítica, los cantos de Brittany Howard ya pronosticaban que la banda se posicionaría entre las más destacadas de la escena actual. Tras la publicación de su segunda entrega, Sound & Color (2015), los provenientes de Athens ya tocaban en eventos como Austin City Limits, Bonnaroo, Glastonbury, Montreux Jazz Festival y Lollapalooza Chile, en lo que fue su segunda visita a Sudamérica después de participar en la edición de 2013.

Pero a pesar de haber alcanzado el éxito con sólo dos producciones discográficas, la creatividad de la cantante no se ve reducida únicamente a su rol como líder de los autores de "Don't Wanna Fight" y "Gimme All Your Love", sino que más bien trasciende las barreras del trabajo colaborativo para invitar a sus oyentes en un viaje interno, cargado de emociones y experiencias personales. De esta manera, Jaime (2019) se presenta como un álbum que reúne elementos de los géneros ya explorados con Alabama Shakes, pero con un carácter —aún más— melancólico y dotado de tintes experimentales que se mezclan con el jazz e, incluso, el rap.

El título alude al nombre de su hermana mayor, quien murió a los 13 años tras padecer de retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular que suele afectar a niños y que ella también sufrió durante la infancia, hasta el punto en que aún mantiene problemas de vista, según confirmó a The Independent. Jaime le enseñó a escribir poesía y a componer en piano, además de usar su imaginación para "divertirse sin gastar dinero", pero a pesar de que dice recordarla a diario, Howard asegura a Pitchfork que el disco trata más sobre sí misma que sobre otras personas.

La artista —quien hoy tiene 30 años— es la hija menor de un matrimonio compuesto por un hombre afroamericano y una mujer de tez blanca, quienes la criaron en la ciudad de Athens en Alabama, espacio geográfico que formó parte de los Estados Confederados de América, quienes se manifestaron a favor de la esclavitud durante la Guerra de Secesión (1861-1865).

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En la primera canción del álbum, titulada "History Repeats", la cantante vocifera la frase "no quiero volver aquí otra vez, la historia se repite y nos derrotamos a nosotros mismos", mientras unas baterías agitadas la acompañan junto a unas líneas melódicas con vibras de funk. Aquel escenario cambia radicalmente en "He Loves Me", en el que una voz masculina introduce la oración "los cristianos nunca debemos faltar intencionalmente a la iglesia", para que segundos más tarde, la compositora sincere que ha dejado de asistir al lugar, debido a sus sentimientos hacia un hombre que "vivirá más que tú y yó" y que "no está preocupado por nada". "Georgia" mantiene esa esencia de melancolía, a través de armonías de órgano que recuerdan al sonido que decora las ceremonias eclesiásticas y expresiones como "sé que no lo ves, pero tengo miedo de decirte cómo me siento realmente".

El segundo de los cuatro sencillos promocionales, titulado "Stay High", muestra una variación sobre los temas anteriores. En este, una guitarra acústica y un teclado de timbres cristalinos desenfundan una sensación de alegría, en la que Brittany Howard afirma que viene de un lugar en donde se trabaja intensamente en el día, para así reír, jugar y aplaudir durante las noches. Asimismo, dice que "todo es hermoso" y pide que no cuestionen su estado mental, debido a que sabe que está bien. En la misma línea, "Tomorrow" se expresa como una liberación a los malestares de una relación, en la que su hablante lírico puede volver a actuar y armar planes según sus intereses.

Después de cantar "Short and Sweet" con el apoyo de una guitarra acústica, unos sintetizadores entrecortados y unas baterías a destiempo inician con "13th Century Metal", en donde la artista declara su oposición al odio y el egoísmo, para así actuar siempre a favor de la paz, el amor y el crecimiento espiritual, elementos que refleja en la frase "todos somos hermanos y hermanas". De esta manera continúa con "Baby", en la que comenta sus acciones para satisfacer a una persona que nunca le correspondió de la misma manera.

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"Goat Head" es la canción más política de Jaime, en la que Howard recuerda el origen socioeconómico de sus padres y manifiesta sentirse orgullosa de su color de piel. El título alude a un ataque del que su familia fue víctima, luego de que alguien depositara la cabeza de una cabra en el asiento trasero de su auto. Según comenta en una entrevista a Pitchfork, ese acto ocurrió después de que su casa se incendiara a solo días de navidad —cuando su hermana ya sufría de retinoblastoma—, a causa de la caída de un rayo o "alguien que quizás quiso quemarla".

Tras una serie de acordes suaves y guitarras octavadas en "Presence", el álbum finaliza con "Run To Me", en donde Howard invita a los oyentes a "correr hacia ella" cuando se sientan solos y necesiten de la ayuda de un compañero o compañera.

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