El comentado artículo de hace cuatro años era contundente en su enfoque: "Aquí hay una historia moderna de Robin Hood", consignaba la revista New York en su amplio reportaje sobre un grupo de strippers que había estafado a decenas de hombres de Wall Street en 2013, seduciéndolos, drogándolos y quedándose con miles de dólares de sus tarjetas. Aunque la historia escrita por la periodista Jessica Pressler resonó por sus múltiples ingredientes (daba una mirada nueva a la crisis económica de 2008, por ejemplo), Lorene Scafaria no recuerda que hubiera escuchado del caso hasta un año después de la publicación, cuando la productora Jessica Elbaum (Booksmart, Dead to me) se la compartió porque quería que la adaptara para el cine.
"No la pensé conscientemente como una historia de empoderamiento femenino. La visualicé como una historia acerca de poder, control, y ciertamente acerca de las mujeres tomando ambos", señala a Culto la cineasta, primero encargada del guión y luego confirmada como directora de la película Estafadoras de Wall Street (Hustlers en su título original, con estreno para este jueves en Chile). La gran jefa de uno de los acontecimientos fílmicos del año.
Desde su debut en el Festival de Toronto, en septiembre, se han acumulado las reseñas positivas que la postulan entre lo mejor de 2019, mientras en EE.UU. su taquilla se eleva por sobre los US$ 100 millones (solo superada por Nosotros y Había una vez… en Hollywood entre las cintas de este año no ligadas a franquicias o remakes) y se consolida el coro de voces que apuesta por Jennifer Lopez como posible nominada a los Oscar por su vibrante actuación.
"Yo apuntaba a hacer obviamente algo entretenido, pero también pensé mucho en temas que me interesaba hablar, en eventos actuales de alguna forma, a pesar de ser una película ambientada en un periodo específico. Pero estoy muy impactada por la recepción", cuenta al teléfono Scafaria sobre su tercer -y más exitoso- filme como directora, luego de Buscando un amigo para el fin del mundo (2012) y la comedia autobiográfica The meddler (2015).
A contramano de lo que muchas películas harían con un puñado de estrellas en el reparto (de las cantantes Cardi B y Lizzo a Constance Wu, de Locamente millonarios), la cinta corre de la mano de la firme mirada de la realizadora. "Una historia acerca de mujeres puede ser épica. No solo la cantidad de mujeres detrás de cámara es importante, sino que también la cantidad de personajes femeninos en roles con líneas de diálogo", dice, junto con especificar que imaginó a las strippers como deportistas a punto de entrar a realizar su oficio, despojando a los personajes de la caricatura.
"Quería humanizar este trabajo, porque al final del día es un trabajo como cualquier otro. Quería mostrar el funcionamiento interno de este, estar detrás de la cortina, y ojalá deshacernos del estigma que enfrentan todos los días. Estaba increíblemente interesada en ese aspecto", afirma Scafaria.
Sin ensalzar sus actos, el guión da espacio a explicar por qué las protagonistas estafaron a hombres de negocios y levantaron una pequeña fortuna a costa de ellos: tras la crisis de 2008 -muestra el filme-, muchas quedaron sin trabajo, debiendo reinventarse de diversas maneras.
"Pese a que es un mundo de hace años, igual hay algo con lo que me puedo identificar: ellas son, después de todo, hijas, madres, y cuando llega la hora de pagar las cuentas, puedes ver a la mujer como la propia proveedora de su casa", explica.
El factor JLo
No hace falta esperar a fin de año para plantear que con toda seguridad Jennifer Lopez estará al tope de los recuentos cinematográficos, particularmente por su primera escena en la película. Mientras en 2007 una novata -Destiny, a futuro, su mejor socia y amiga, interpretada por Wu- trata de hacerse sus primeras armas en el club, Ramona (Lopez) se apodera del escenario revelándose como una maestra en la disciplina. Casi completamente desnuda, se contorsiona en torno al caño, recibiendo los billetes de hombres extasiados. Segundos más tarde, envuelta en un abrigo de piel y cigarro en mano, a su nueva compañera le dice casi sin darle importancia: "Es más fácil si los veo como mis amigos ricos".
Medios como The Guardian han aclamado a la cantante. "Es el tipo de papel que solo una verdadera estrella de cine podría lograr, y gran parte depende de un magnetismo extraño y embriagador", argumentó el medio, junto con señalar que "merecería la atención de los premios". Peter Travers de Rolling Stone fue más directo: "¿Una nominación al Oscar como Mejor actriz para Lopez? Su actuación es deslumbrante, profunda, electrizante".
Scafaria no se muestra sorprendida. "Me impactó su actuación en vivo, entonces no me sorprende que ella esté recibiendo toda esta atención. He sido una fan suya desde hace mucho tiempo. Siempre entrega mucho en cada interpretación, mucha autenticidad, y por eso pensé en lo que podría darle a este personaje. Era algo diferente para ella, peligroso y excitante. Realmente supe que el rol le quedaba como un guante, un guante que ella nunca antes se había puesto".
La directora sí comenta que le deslumbró el desempeño en el set de Lopez, que practicó durante seis semanas la citada rutina. "Nunca imaginé que esa escena iba a sobresalir de esa forma, pero ella estaba muy comprometida. Queríamos que la gente la viera como un boxeador entrando al ring. Mostrar la fuerza y el poder contenido en su velocidad y control", finaliza.