Canto universal: las canciones que sonaron fuerte en el estallido social chileno

"El derecho de vivir en paz", fue elegida masivamente para ser reproducida apenas comenzara el toque de queda del lunes 21 de octubre de 2019. Escrita por Víctor Jara a comienzos de los 70, fue creada junto a Ángel Parra, Inti-Illimani, Patricio Castillo, Celso Garrido Lecca y Los Blops, "en un experimento de 'invasión de la invasión cultural'", según detalló Joan Jara, viuda del cantante, en sus memorias.

Inspirado en Vietrock -obra de teatro de Megan Terry que Jara estaba dirigiendo-, dio con la melodía a partir de una canción homenaje a Hồ Chí Minh. La guerra de Vietnam dio pie a un canto universal sobre la búsqueda de una vida pacífica.

El tema insigne de Víctor Jara no quedó meramente acompañando los cacerolazos del toque de queda, también fue reversionado por 30 artistas chilenos.

Con la aprobación de Joan Jara, artistas como Roberto Márquez, Gepe, Francisca Valenzuela, Augusto Schuster, Camila Gallardo y Princesa Alba, entre otros, cambiaron algunos versos para adaptarlos a la contingencia.

"Te recuerdo Amanda", compuesta por Jara en 1969, "habla del amor de dos obreros, de esos que usted mismo ve por las calles, y a veces no se da cuenta de lo que existe dentro del alma. Dos obreros, de cualquier fábrica, en cualquier ciudad, en cualquier lugar de nuestro continente", explicó el cantautor en una presentación en vivo.

Cuando el toque de queda aplicaba a la tercera noche en Chile, un mujer en Santiago Centro hizo una interpretación a capela que fue aplaudida y vitoreada por sus vecinos.

"El baile de los que sobran", compuesta en 1986 por Jorge González para el disco Pateando Piedras, se convirtió en una suerte de himno de la década de los 80.

Según registró Claudio Narea en Mi vida como Prisionero, su autobiografía, el panorama estaba "lleno de fogatas, balazos y militares escondidos en todos lados". Una constante en aquellos años de dictadura militar.

Luego del éxito de La voz de los 80, disco debut de Los Prisioneros, la presión por grabar otro álbum era alta. Después de meses de ensayo y grabaciones varias, Jorge González dio con la idea de un nuevo ritmo: "La hice con una caja de ritmos chiquitita que me prestó el Miguel Conejeros de los Pinochet Boys. Quería hacer un tema como los de Heaven 17, o Depeche Mode", dijo el músico según rescata Memoria Chilena.

Un canto contra la desigualdad social a partir del acceso a ciertas oportunidades, que fue interpretado masivamente en medio de las marchas.

"La carta", escrita por Violeta Parra entre 1960 y 1963 - y posteriormente publicada en el álbum póstumo Canciones reencontradas en París en 1971- , fue reversionada por Mon Laferte junto a la frase "Presidente por favor, escuche a la gente, se lo pido por nuestras familias, ya hay mucha sangre derramada".

La canción fue compuesta por Parra cuando su hermano -Roberto- fue detenido en noviembre de 1962 durante la represión policial contra la población José María Caro en Santiago.

En los versos que escribió pensando en su hermano, la cantautora redactó también un grito de protesta contra la matanza, oponiéndose a las medidas tomadas por el entonces presidente Jorge Alessandri Rodríguez.

"El pueblo unido jamás será vencido" es un canto universal de protesta. Desde su composición por parte de Sergio Ortega en 1973, apenas unos meses previo al Golpe de Estado en Chile, ha sido símbolo de camaradería y esperanza.

"La marcha de las cacerolas vacías, que había tenido lugar como una protesta a la visita de Fidel Castro a Chile, a fines de 1971, fue el inicio de una ofensiva opositora que no se detuvo hasta que cumplió sus objetivos en septiembre de 1973", narra Eduardo Carrasco Pirar, autor del libro Quilapayún: la revolución y las estrellas (RIL, 1988).

"Nosotros nos defendíamos a golpes de canciones. Algunas de ellas llegaron a transformarse en grandes éxitos y sus estribillos fueron cantados por miles de personas en las manifestaciones de la Unidad Popular", detalló Carrasco.

De hecho, también sonó fuerte en Francia en 2018, durante las protestas de los llamados Chaquetas Amarillas, y en las calles nacionales volvió a sonar en el marco de la llamada "Primavera de Chile".

"Para que nunca más", publicada a comienzos de los 80 durante la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet, es un canto contra la represión y el exceso de violencia contra quienes piensan diferente.

"El momento en el que estábamos, se asemeja mucho al que estamos ahora", explicó a Culto Amaro Labra, voz y guitarra de Sol y Lluvia, y actual diputado. "Era muy tenso, había una represión gigantesca, los chilenos estaban siendo vulnerados fuertemente y nosotros sentíamos que tenía que ser una respuesta a lo que estaba pasando".

Entre cacerolazos y gritos con consignas que buscan la justicia social, en un edificio se escuchó la interpretación de una vecina que espontáneamente fue acompañada por una guitarra.

"Cuando escribimos la canción, pensamos en una respuesta de amor, pacífica, pero también muy clara y concreta: nunca más", relató Labra.

"Cacerolazo", es la canción más reciente de la cantante y MC chilena. Publicada en principio en un video de 1 minuto de duración, se refiere a la contingencia con rimas mezcladas con videos de las últimas semanas en Santiago y otras ciudades de Chile.

"Cuchara de palo frente a tus balazos" y "Renuncia Piñera", son algunas de las frases que resuenan al ritmo del caceroleo que da nombre a la tonada.

Una semana después, Tijoux hizo una transmisión en vivo desde su cuenta de Instagram, donde explicó a sus seguidores que la canción fue escrita literalmente en la cocina mientras se informaba de lo que ocurría en su país.

La versión completa, ya disponible en YouTube, canta que "no son 30 pesos, son 30 años" y reclama contra la represión de las fuerzas armadas y policiales.

“Shock”, lanzada en 2011 en el disco La Bala, también fue reproducida masivamente las últimas semanas. La canción, inspirada en La doctrina del Shock de Naomi Klein, subió al ránking de Spotify Top 50 Chile.