Cruda y épica: la serie de Hernán Cortés en voz de su antagonista
History y Amazon estrenan Hernán, la ambiciosa ficción que aborda la conquista de México.
Desencajado y pálido, el rostro de Hernán Cortés da cuenta del horror que se produjo en su ausencia. Miles de indígenas yacen muertos en escaleras y en la explanada del Templo Mayor, víctimas de Pedro de Alvarado, su mano derecha y sustituto en Tenochtitlan, que dice haber confundido una ceremonia con un intento de ataque en contra suya y el resto de los españoles. En medio de un relato desolador, la escena anuncia en el primer episodio la crudeza de Hernán, la serie que acerca a la pantalla la figura de Cortés y lo que rodea el crítico año 1520 para sus hombres.
"La serie es sin tapujos. Aquí no hay influencias políticas, no se omite ni un punto ni una coma", sostiene el argentino Michel Brown, el actor que interpreta a Alvarado, el capitán más descontrolado de las filas de Cortés. "Un perro de pelea amarrado esperando que lo suelten en cualquier momento", lo define Brown, protagonista en 2018 de la serie Falco, de Amazon Prime Video.
Precisamente en esa plataforma de streaming y en el cable -en el canal History los sábados y domingos a las 22.35- es donde se puede ver Hernán. Doble ventana de exhibición para un grandilocuente intento de productoras de España y México por capturar la época, contando con el español Oscar Jaenada (Luisito Rey en la serie de Netflix sobre Luis Miguel) como Cortés y apostando por reconstruir Tenochtitlan para situar su acción, además de sumar el trabajo de efectos especiales de El Ranchito, compañía conocida por su participación en Game of thrones y ahora en The mandalorian.
Evitando un seguimiento cronológico, la serie retrata a su protagonista desde la óptica de un personaje diferente en cada capítulo. El primero adopta la mirada de La Malinche (Ishbel Bautista), la mujer que primero fue esclava de Cortés y luego su traductora y amante; otro es sobre Moctezuma (Dagoberto Gama) y el sexto se centra en Alvarado, identificado por los pueblos como Tonatiuh, el dios del sol en su cosmovisión. En ese episodio es cuando se despliega en profundidad la masacre en el Templo Mayor.
"Se conoce a este Pedro sangriento, sádico y amante de la batalla", dice sobre ese pasaje, a lo que suma: "El Alvarado que construimos fue tal cual nos lo contaron a nosotros. Estuvo esperando en las filas su momento durante años, y cuando le dieron la posibilidad partió a México, pero completamente desbordado y con muy poco entendimiento. En la historia, como todos los personajes son antagónicos, te das cuenta que tiene un lado humano, lo que también pasa con Cortés".
Además de ejercitar su acento y documentarse, en la inmersión en la historia fue clave un viaje que realizó el equipo desde Veracruz al antiguo Tenochtitlan, emulando el que completaron Cortés y sus hombres. "Estuvimos parados en los volcanes viendo la primera vez que ellos observaron Tenochtitlan desde arriba. Entender dónde estuvieron, dónde sucedieron las batallas y cuál era el clima en el lugar en el que vivían, son cosas que te terminan ayudando a que te metas en la piel de los personajes", apunta el actor.
"En la serie se muestra a los españoles tal cual fueron. Lo que hicieron fue una barbarie. Fue un grupo de gente sumamente sanguinaria. Al verla entiendes verdaderamente que no se tuvo miedo en cómo contarla. De hecho, creo que en España va a hacer mucho ruido, porque los mismos actores españoles nos hablaban que se sabe muy poco de Hernán Cortés, solo lo mejorcito", profundiza.
Pero, al mismo tiempo, Brown describe los alcances de la producción: "La serie se casa con la historia, pero de lo que habla, que es mucho más interesante que la conquista, es del poco entendimiento que existe cuando dos culturas tan distintas se encuentran. Algo que también pasa el día de hoy".
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