El mito se ha difundido hasta el cansancio: que Robert Johnson, en algún momento de los años 30, le vendió su alma al diablo para convertirse en el mejor blusero del planeta. Lo hizo, supuestamente, en un cruce de caminos en Clarksdale, Mississippi. Para marcar ese "hito", hoy se erige un monumento que consiste en dos guitarras cruzadas, color celeste y muy bien iluminadas, en una suerte de rotonda que además marca el cruce –aunque no exacto- de las carreteras 61 con la 49. Es en este punto donde comienza la ruta musical del Mississippi, que al norte conecta con Memphis y Nashville, y al sur con Bentonia y Nueva Orleans. Aquí, la música es un volcán en ebullición.

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La Ruta 61, que une Memphis con Nueva Orleans.[/caption]

En The Crossroads, aparte del monolito y una placa que da cuenta de la acción de Johnson, no hay nada épico ni tiendas de souvenirs: sólo un sitio eriazo, un local de pollos asados y otro de barbecue que data de 1924. Es difícil seguir aquí la pista de Robert Johnson, héroe del blues reverenciado por The Rolling Stones. En los alrededores de Greenwood, poblado aledaño, hay tres lápidas del músico, ninguna de las cuales parece real, ya que se comenta que fue enterrado en un árbol cuya ubicación exacta fue olvidada. Tampoco se sabe cómo realmente murió, aunque se supone que fue envenenado tras un lío de faldas.

Pero Robert Johnson no es el único cantautor local reverenciado a lo largo de la Ruta 61, impregnada de blues y campos de algodón. Prácticamente en cada pueblo o ciudad de esta carretera, que corre casi en paralelo al río Mississippi, nació o hizo su carrera un músico de renombre. Si en Memphis (Tennessee) se le rinde honor a los mayores referentes del rock & roll, como Elvis Presley, cuyos restos reposan en Graceland; a Jerry Lee Lewis, de 84 años y que aún vive en la zona; o al amo y señor del soul, Al Green; en Clarksdale se honra a John Lee Hocker, mientras que Indianola se tributa a su hijo ilustre, B. B. King.

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La iglesia de Al Green en las afueras de Memphis.[/caption]

Varios de estos músicos tienen sus propios museos, altares sagrados o incluso iglesias. Este es el caso de Al Green, que a mediados de los años 70 se convirtió en reverendo. Su templo está situado en el 787 de Hale Road, en las afueras de Memphis, muy cerca de Graceland, tierra santa para los amantes de Elvis. El coro góspel y los músicos que acompañan los sermones cada domingo son parte del orgullo de la ciudad e incluso el propio Al Green, de 73 años, se aparece de tanto en tanto para oficiar la misa. Y si el reverendo está de viaje, en el ingreso a la iglesia hay una foto tamaño completo del músico para quienes se quieran "retratar" con él.

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El reverendo Al Green en su templo en las afueras de Memphis.[/caption]

El modisto de Elvis

En Beale Street, calle peatonal de bares, cantinas y restaurantes donde se presentan bandas de lunes a lunes, se respira un aire de cierta decadencia. Sin embargo, eso convierte a esta avenida de Memphis en algo completamente genuino. Aquí hay tiendas que llevan décadas en el rubro, como Lansky Bros, donde Elvis compraba sus tenidas cuando no era nadie, a comienzos de los 50. "Yo le puse a Elvis su primer traje y también el último", dijo en su momento el dueño, Bernard Lansky, cuya familia publicó hace poco un libro ilustrado que narra la fortuita relación de Presley con esta tienda. El estilista solía contar que cuando el músico quiso comprarse su primera pinta no contaba con el dinero suficiente. "Cuando sea rico, te compraré parte del negocio", le dijo Presley la primera vez. "No, no. Cómpramelo todo", respondió Lansky, entre risas.

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Lansky Bros, la tienda del estilista favorito de Elvis Presley.[/caption]

En Memphis, la ciudad donde fue asesinado Martin Luther King en 1968, la música –y las costillas de cerdo- tienen una cualidad especial. Y no sólo porque desde los campos de algodón que la rodean surgieron iconos como Muddy Waters, Howlin' Wolf, Willie Dixon y Bo Diddley, sino porque el circuito actual es rico y variado. Así, una noche cualquiera en el Lafayette's Music Room se puede presentar la estrella local John Paul Keith, mientras que en el Rum Boogie Cafe suelen actuar los Memphis Blues Masters. A un par de cuadras, en la vereda opuesta al local de B. B. King (siempre en Beale Street), se pueden ver los manuscritos originales de "Matchbox", de Cark Perkins, en una de las paredes del Hard Rock Café.

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Mapa turístico de Elvis, en una tienda en Memphis.[/caption]

Unas avenidas más allá, en el Central BBQ –por lejos el mejor restaurante de costillas ahumadas estilo Memphis- un colorido mural expone a varios músicos del Mississippi según su ubicación geográfica: BB King (Itta Bena), Albert King (Indianola), Mississippi John Hurt (Avalon), Sonny Boy Williamson (Glendora), Guitar Slim (Greenwood) y Charlie Patton (Bolton), todos ya en la tumba.

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Mural en el restaurante Central BBQ.[/caption]

Clarksdale, la cuna del blues

Saliendo de Memphis por la Ruta 61 en dirección hacia el sur, aparece Clarksdale, una ciudad de dimensiones acotadas, rodeadas por plantaciones de algodón y una antigua línea férrea. Algunas cuadras de esta urbe parecen un pueblo fantasma, pero hay varias señales inequívocas de que se trata del paraíso del blues: el hotel principal lleva el nombre de John Lee Hooker, mientras que en un callejón perpendicular a la calle central se lee en un mural "the blues had a baby (and they name rock & roll", junto a una foto de Chuck Berry. También ha adquirido gran fama el Ground Zero Blues Club, copropiedad de Morgan Freeman.

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El blues tuvo un hijo, se lee en este mural en Clarksdale.[/caption]

En Clarksdale, cuyas gasolineras y teatros como el Roxy solo cobran vida con el festival de blues anual, nació también Ike Turner, el músico que en 1951 grabó en Sun Studio "Rocket 88", considerada como la primera pieza de rock & roll. En el Rock n Soul Museum, en Memphis, se exhibe su primer piano. De aquí también es el cantante góspel, Sam Cooke, pionero del soul y fallecido en 1964. Con algo de suerte Charlie Musselwhite, armonicista de blues y uno de los pocos músicos blancos reconocidos en este género, puede tener agendado algún concierto o aparecer de improviso cruzando alguna calle.

Justo al salir de la ciudad, siempre por la Ruta 61, una señalética indica el Riverside Hotel, el lugar que en los años 30 y 40 daba hospedaje a músicos viajeros como el propio Ike Turner. Fue en este lugar donde en 1937 falleció Bessie Smith, la "emperatriz del blues", tras un accidente automovilístico cuando se dirigía a Clarksdale para una presentación. Un poco más allá, ya afuera de la ciudad y luego de un cruce, está emplazada la antigua plantación de algodón Hopson, en pleno Delta del Mississippi.

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La antigua plantación de algodón Hopson, en pleno Delta del Mississippi.[/caption]

Este lugar fue uno de los primeros que mecanizó el cultivo de esta planta, por lo que muchos trabajadores y músicos –en su inmensa mayoría afroamericanos- partieron a Chicago. Tras las extenuantes jornadas de trabajo, a la población negra les era permitido distraerse y montar pequeños shows en cantinas llamadas juke joint. En la señalética de Hopson, como en las muchas otras que se encuentran repartidas en el Delta para marcar la "ruta del blues", se explica por ejemplo que fue aquí donde el pianista Joe Willie "Pinetop" Perkins trabajó en un tractor, antes de sumarse a la banda de Muddy Waters.

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Plantación de algodón en la Ruta 61.[/caption]

Últimas leyendas

La Ruta 61, a veces de una sola pista, avanza entre algunos pantanos y bosques, con carteles que anuncian localidades como Indianola, donde hay un pequeño museo que conserva guitarras originales de B. B. King o Rosedale, pueblo que clama que fue ahí donde "en realidad" Robert Johnson le vendió su alma al diablo.

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The Crossroads, donde se supone que Robert Johnson le vendió su alma al diablo.[/caption]

Más al sur, siempre en el estado de Mississippi, un desvío conecta con la Ruta 49 (la misma de Crossroads), que lleva a Bentonia, un pueblo diminuto donde aún vive Jimmy "Duck" Holmes", una de las últimas leyendas del blues y que atiende el Blue Front Cafe, el juke joint más antiguo de la zona. De Bentonia, donde también es posible acceder en tren, también es oriundo Skip James, que grabó en los años 30 y fue redescubierto en los 60 por entusiastas del blues.

Jimmy "Duck" Holmes pertenece a un pequeño grupo de músicos de culto, que aún gira por el Delta y que para muchos forma parte de una segunda generación de "leyendas". I'am the blues, documental de 2016, explora precisamente la vida actual de "Duck" Holmes y de sus pares como Bobby Rush, Barbara Lynn, Robert "Bilbo" Walker, Little Freddie King y Paul "Lil Buck" Sinegal, éste último considerado como "El Maestro de la Stratocaster" y que falleció en junio pasado en Lafayette, Louisiana.

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El Motel donde mataron a Martin Luther King en 1968, Memphis.[/caption]

De Bentonia a Nueva Orleans es un paso –unas tres horas y media en auto-, que se hace muy agradable si se vuelve a la Ruta 61 y por la noche se descansa en Natchez, en las orillas del Mississippi. En medio del paisaje con grandes extensiones de pantanos también surge el Bosque Nacional Homochitto, un pulmón verde con zonas de picnic, senderos, ríos y lagunas. Ya en Nueva Orleans, con el río en su dimensión más amplia, el jazz, el rhythm & blues y el boogie-woogie son los reyes indiscutidos. Pero esa es otra historia.