Más que solo un adelanto de su próximo álbum -el cuarto de su discografía-, que un potencial éxito radial y del streaming para el verano chileno y que una nueva muestra del olfato compositivo de Max Vivar, Adiós, el nuevo single de Villa Cariño, es sobre todo un hito para la cumbia chilena. El fin de una división invisible pero histórica, que durante años ha segregado a los grupos más tradicionales de música tropical -y sus herederos- de su vertiente más combativa y moderna, conocida en algún momento como la Nueva Cumbia Chilena.

"Con Héctor, más allá de ser colegas, somos grandes amigos, hay un cariño bien recíproco", cuenta Vivar, vocalista de la agrupación, sobre su amistad con Héctor "Kanela" Muñoz, cantante de Noche de Brujas, con quien se reparten las voces en el más reciente single de su autoría, y que verá la luz este 31 de diciembre bajo la firma de ambas agrupaciones.

Concebida como un himno de jolgorio para el Año Nuevo, Adiós es la primera colaboración entre dos de las más populares bandas de cumbia surgidas en este siglo. "Aparte de hacerlo porque nos entretuvo, esto nació porque un día reflexionamos sobre esto, nos preguntamos por qué teníamos que competir todo el rato en Chile, si somos tan pocos. Y uno ve a los artistas internacionales que cantan juntos, como Balvin, Ozuna y Bad Bunny, todos tocan con todos y aquí eso no pasa. Es el sistema que te obliga a competir, ese sistema que fracasó", comenta Vivar.

En ese sentido, si bien con Muñoz se conocen hace tiempo, reconoce que el estallido social de octubre funcionó como un catalizador para esta inédita colaboración. "Este remezón político nos ha servido a todos, nos hemos cuestionado ese ego propio que es dañino cuando ocupa todos los espacios de nuestra sociedad", explica.

El single, además, funciona como adelanto del próximo disco de Villa Cariño, que según detalla su cantante se trabaja como trilogía: "La cumbia loca, la política y el andino o estilo libre". Otra ambiciosa jugada para un grupo que busca romper esquemas en la escena.