Figura capital en la historia del folk, Woody Guthrie es recordado por su fertilidad creativa y por el contenido político de sus canciones de protesta, que ocupan en el imaginario estadounidense un espacio relativamente similar al que Víctor Jara tiene en el nuestro. De hecho, los realizadores del excelente documental The Resurrection of Victor Jara (2016) hablan del cantautor asesinado por la dictadura como "el Woody Guthrie de Sudamérica". Adorado por Bob Dylan, que lo considera una de sus principales influencias, Guthrie dio cuenta de lo que pasaba en su época, pero no solamente escribió sobre tensiones sociales, sino que también hizo canciones a pedido, siempre con una inclinación a despertar conciencias. Así fue como sumó a su cuerpo de trabajo una serie de temas sobre las enfermedades venéreas, comisionados por el departamento de comunicaciones del ministerio de salud con el fin de advertir sobre la gonorrea y la sífilis.

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Como "VD Songs" (la "VD" es por "venereal diseases", es decir, "enfermedades venéreas") se conoce al bloque de canciones con las que Guthrie participó en la campaña de prevención. Son trabajos con títulos como ""VD Waltz" o "VD Gunner's Blues (Landlady)", en los que relata historias de hombres con la piel arruinada por las erupciones o que intentan vengar el contagio a fuerza de balazos. Sin rodeos, el mensaje era claro: toma medidas o tu vida terminará siendo un infierno. Guthrie siempre defendió el enfoque crudo de sus temas, al punto de presentarlos en vivo diciendo "si toda la música en el wurlitzer de este local hablara sobre esto, habría muchos menos enfermos".

En la primera mitad del siglo pasado, en Estados Unidos la música realmente era tomada en cuenta como una herramienta de difusión importante a la hora de detener la propagación de enfermedades o, cuando ya era muy tarde, informar acerca de sus síntomas para incitar a la audiencia a buscar atención médica. De ahí que exista una enorme cantidad de grabaciones que detallan los malestares y los tratamientos de diversas enfermedades con un foco totalmente pedagógico. La blusera Memphis Minnie, por ejemplo, canta el "Meningitis Blues" (1930), donde entra en detalles acerca de las inflamaciones en el cerebro y el espinazo. También existe "Influenza" (1939) de Ace Johnson, inspirada en la pandemia de gripe que mató a cincuenta millones entre 1918 y 1919.

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"Ya es muy tarde, voy en camino al valle de la muerte", entonaba el mítico Lead Belly en "T. B. Blues" (1944), un tema que compara a la tuberculosis con una prisión. La letal bacteria tiene decenas de composiciones alusivas, desde "Whippin' that old T.B." (1932) en la que Jimmie Rodgers asegura que prefiere tomar alcohol antes que medicinas (el hombre falleció de tuberculosis a los 35 años) hasta "T.B. Sheets" (1967) del maestro Van Morrison, tan punzante que luego sería grabada por una eminencia de la canción sufrida, el ícono del blues John Lee Hooker. Con el paso de las décadas, como delata un paralelo entre Rodgers y Morrison, las letras sobre enfermedades fueron volviéndose cada vez menos literales. Las metáforas son actualmente el lenguaje más común de las obras inspiradas en las pandemias que nos azotan hoy, con el sida como principal objeto de interés.

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Salvo por el hip hop, donde la tónica es decir las cosas tal cual son (basta escuchar "Viaje sin rumbo" de Tiro de Gracia), y por algunas escuelas del metal, que por una necesidad estética se inclinan hacia la morbidez (la peste bubónica que borró al tercio de la humanidad en la Edad Media es un fetiche de varios letristas), en los últimos treinta años se habla de otra forma acerca de los padecimientos que diezman a la población. En 1993, cuando apareció la película Philadelphia, en la que Tom Hanks interpreta a un abogado con VIH, las canciones más importantes de la banda sonora ("Streets of Philadelphia" de Bruce Springsteen y "Philadelphia" de Neil Young) no eran precisamente frontales acerca de su temática, abordada también por nombres como U2, George Michael, Elton John y Janet Jackson, siempre evitando la mención del virus, las descripciones de síntomas o las sugerencias de tratamientos. Aunque el mensaje es el mismo de antes: tenemos que cuidarnos.

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